La cuarta letra del alfabeto griego, es el nombre dado a la variante que puede ocasionar un cuarto pico infeccioso de covid-19. Ahora se habla también de una variante delta plus, que junto a su “antecesora” ya se encuentran en cerca de cien países del mundo y catorce de la región.

Se ha demostrado que las vacunas disponibles, solo son eficaces contra estas variantes si las dosis están completas. Entonces, de momento no se ha perdido la tarea, pero resulta esencial completarla cuanto antes. Ahora más que nunca, es fundamental que todos los países tengan acceso a las vacunas suficientes.

Aparte de lo mencionado, sí se percibe el temor a un nuevo pico, reflejado en nuevas restricciones correlativas al incremento de los contagios a nivel mundial después de dos meses de descenso sostenido, por causa de la vacunación.

No obstante, a diferencia de ocasiones anteriores, la situación colombiana parece haberse distanciado del compás internacional de evolución de la pandemia.

Las causas son diversas. Y si, digo causas porque sería irreal estimar que un solo hecho nos tiene padeciendo un pico múltiple desde hace más de dos meses. Fueron los paros, de eso no pueden caber dudas razonables, pero también ha sido la falta de precaución de la ciudadanía, errores logísticos en la vacunación y un aspecto que suele soslayarse, pero que ha producido resultados impresionantes donde sea que se apuesta por implementarlo: La disciplina de las autoridades, decretando medidas, haciéndolas cumplir y, sobre todo, comunicándolas con precisión.

Las normas en Colombia de por sí, suelen nacer moribundas, porque sus autores en lugar de prever mecanismos para hacerlas efectivas, quedan conformes en plasmar unos determinados ideales.

Para no ir más lejos, las leyes siguen siendo “publicadas” en un diario oficial que prácticamente nadie consulta y en páginas de internet, que apenas los abogados conocemos, y no todos.

Pues ni siquiera en tiempos de gravísima emergencia, corregimos las dificultades de comunicación de las normas, que explican en buena parte la falta de una cultura de cumplimiento llamada legalidad.

Cómo hubiera sido de positivo, el hábito de publicar qué medidas estaban vigentes en cada momento, y estamos hablando de un paso básico para pretender de manera realista el acatamiento de la disciplina sanitaria.

La tarea ha recaído en los medios, quienes, por supuesto pueden llegar a determinadas audiencias, pero no tienen por qué garantizar el alcance general de las informaciones.

Un diario titulaba en la tarde del viernes “¿Hay restricciones en Bogotá para este puente festivo?” y precisaba que las únicas actividades que siguen prohibidas son conciertos, partidos con público y discotecas.

En otra entrada, el diario hacía eco de cómo estarán operando las medidas sanitarias en “algunas ciudades del país”. A partir de decretos municipales detallaba por ejemplo que, en Neiva, la prohibición de aglomeraciones, existe toque de queda entre las 10 PM y las 5 AM, empezando para los menores de edad a partir de las 8 PM, bares y gastrobares podrán operar entre las 10 AM y las 10 PM y aplica pico y cédula durante el fin de semana, salvo en bares, gastrobares y hoteles.

Los municipios de Antioquia con toque de queda y ley seca son La Unión (donde los establecimientos comerciales podrán funcionar hasta las 10 PM), Caucasia (donde los bares podrán funcionar con aforo del 25% y entre el 2 y el 11 de julio rige pico y cédula, así como toque de queda entre las 11:59 PM y las 6 Am) y Yondó (donde el toque de queda rige entre 8 PM y 5 AM del 30 de junio al 12 de julio, pero los establecimientos comerciales no podrán operar sino entre las 2 y las 8 PM y aplicará un pico y cédula diferente, porque podrán salir personas con cédulas terminadas en números pares en días pares y viceversa).

Finalmente, precisaba el diario que mientras las administraciones de Medellín y Cartagena no habían establecido medidas particulares para este puente festivo, más allá del control de aforo en las playas de la heróica, en Cali y Popayán se prevén medidas de pico y cédula que exceptúan a los restaurantes y otros establecimientos.

¿Qué tal si todas estas medidas y las que están rigiendo y no pueden figurar en una columna o en un portal de noticias, estuvieran dispuestas en una página web única, organizadas por municipio, donde todos los ciudadanos puedan consultar en tiempo real, qué medidas están rigiendo en su lugar de vivienda, trabajo, vacaciones etc., y pudieran absolver inquietudes al respecto?

Entre tanto, cada quién deberá seguir consultando por su cuenta y riesgo qué medidas rigen en cada lugar a donde vaya, cundirá la desinformación y seguirá campeando el virus, ante la mirada atónita de algunos e indiferente de otros.

Es ingenuo creer, que, porque el decreto está publicado, a veces ni siquiera en internet, ya se cumple en la práctica el principio de publicidad y los ciudadanos están enterados e ilustrados sobre qué medidas rigen y cuál es el sentido de aquellas.

Nuestra cultura legalista sigue pasándonos factura. El foco ha estado más en adoptar medidas, que en los mecanismos para asegurar que se cumplan, mientras que el fin parece haber estado en dejar constancias políticas, sobre medidas y análisis de la situación.

Parece importar muy poco que estas medidas sigan cayendo casi siempre en el vacío, que sigan quedando reducidas a cartas de buenos propósitos, siendo que conocer las normas es el primer paso para cumplirlas.

No se nos puede olvidar que el costo de mantener ese enfoque equivocado, se cifra en vidas humanas.

@ortegasebastia1

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Redacción Minuto30

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