En algunos momentos, me gusta leer artículos o libros o ver películas, que no tienen tanta información ni tantas respuestas, donde más que nada el autor, busca dejar interrogantes que me hacen pensar… En este caso, apreciada lectora, apreciado lector es lo que estoy intentando hacer, en esta nota de mirada porteña. Sin hacer referencia a ningún país en particular, intento plantear una visión sobre occidente y el pensamiento económico imperante.

El Covid-19, ha desatado una pandemia económica sin precedentes. Todas las economías de los países del mundo en los 5 continentes, están seriamente dañadas, tengan o no una gran cantidad de casos. Se desplomó la demanda de petróleo, cientos de miles de vuelos cancelados, fábricas trabajando muy por debajo de su capacidad de producción, millones de comercios cerrados, la Organización Internacional del Trabajo estima que en estos tres meses se perdieron mas de 230 millones de puestos de trabajo en el mundo, la industria turística y la de entretenimiento están congeladas, no hay conciertos o eventos deportivos con público en vivo. La proyección del Banco Mundial estima una caída del PBI mundial de -5,2% y para Latinoamérica -7,2% de contracción económica. Una pesadilla…El mayor daño sin dudas son las pérdidas humanas y la salud de mucha gente,  pero pretendo centrarme en los aspectos económicos de esta crisis.

Muchos líderes del mundo claman por políticas activas para paliar tan difícil situación y le reclaman al Estado un rol muy protagónico, capaz de hacerlo todo. Parece ser casi una obviedad, que en el mundo occidental el Capitalismo Neoliberal que conocemos, ha terminado y que la única salida a esta crisis es “El Capitalismo Estatal”. Primer gran interrogante, ¿esto es así? ¿Estamos seguros?

Según el material que nos llega publicado o difundido en redes sociales, la gran mayoría de los economistas, no ven otra salida. Gastar o Invertir cuantiosos billones, generar un gran endeudamiento y olvidarnos del equilibrio fiscal por unos años. “Es el Estado el único capaz de volcar las tremendas sumas de dinero que el mercado necesita”. Se comenta con naturalidad esta idea inspirada en la crisis de 1930, ocurrida hace 90 años…El plan Marshall. Y me pregunto: ¿Es la única salida? ¿No podríamos pensar en algo nuevo?

No sé si vale la pena señalar la mayúscula obviedad de que hace 90 años el mundo era completamente diferente, la forma de vida era muy distinta. La medicina, la tecnología, el conocimiento, la educación, la música, el respaldo monetario y los servicios financieros, por citar unos pocos ejemplos, han cambiado y progresado muchísimo. Todo era muy distinto, pero parece ser que las ideas económicas, se mantienen…pues leo con naturalidad muchas referencias que hablan de ambas crisis como si fueran similares o muy parecidas, donde en mi humilde entender encuentro un punto claro de contacto: una gran caída de la demanda de todo tipo de bienes y servicios, hasta pienso que ahora el desplome es mucho mayor que durante la crisis de 1930. Pero todo el contexto, todo lo demás, me resulta muy diferente.

La Economía, obviamente no es una ciencia exacta. Buscando optimizar o administrar las Cuentas Publicas, es una ciencia social que se basa en las expectativas de la gente, de los actores económicos, en los comportamientos de los mercados, en lo que pensemos que puede llegar a pasar o necesitar y en cómo protegernos y generar dinero. Con mayor o menor sofisticación financiera, todo esto no es predecible, no es exacto. Cada empresa o cada persona que interviene en el mercado, tiene su propia expectativa. Cuando crece la confianza del consumidor, todo comienza a ser positivo. Cuando no, todo se desmorona, exactamente como nos está pasando ahora.

La globalización y la apertura económica, como conceptos económicos también vienen decayendo hace ya varios años. Muchos políticos han ganado elecciones atacando estos conceptos, señalando que han generado -sin proponérselo- desencanto y desocupación. Alejando un poco la mirada se pueden apreciar grandes cambios geopolíticos. En los últimos años hemos podido ver un mayor papel protagónico de partidos políticos y gobiernos nacionalistas, reivindicando la industria nacional, generando barreras aduaneras y aranceles y restringiendo la migración de personas y empresas.

Hasta muchos filósofos y pensadores ven seriamente amenazado el Sistema Democrático tal como lo conocemos, pues es muy evidente la tensión social en aumento que genera la desigualdad económica y la distribución regresiva del ingreso. La riqueza hoy está mucho más concentrada que hace 50 o 90 años. Pero según mi entender, esto no tiene que ver con la Democracia como tal, es más bien un serio problema económico que como sociedad no hemos sabido corregir. Hay mucha bibliografía bien sustentada por varios ganadores del premio Nobel de Economía como el profesor francés Thomás Piketty, los profesores Esther Duflo y Abhijit Banerjee y el PhD. Paul Krugman entre otros, que han escrito mucho sobre estos desafíos no resueltos.

Hay millones de seres humanos en el mundo que viven excluidos, con ingresos de menos de 1 dólar (3.650 pesos colombianos) por día, muchos inclusive con bastante menos que eso. Y a nadie le gusta esto, no creo que nadie esté conforme con esta horrible situación, todo lo contrario.

Imaginemos por un momento que todas estas personas tuvieran dinero para consumir y llevar adelante una vida más digna, dentro del sistema. Podrían comenzar a trabajar, a educarse y hasta llegar a pagar impuestos. ¿No sería atractivo para todas las empresas del mundo que de pronto en unos pocos años pudieran ver duplicado su mercado objetivo? ¿No tendrían una gran demanda para satisfacer? ¿No deberían bajar sus gastos de comercialización para invertir en mayor productividad y distribución? ¿No estaríamos reactivando la demanda, hoy tan caída? Hasta podría verse duplicada si lo logramos.

La gran pregunta, claro está es: ¿como se hace? La cual todavía no tiene respuesta. No creo que sea fácil, pero no significa que no se pueda responder. Creo que tenemos que redoblar esfuerzos y trabajar más profundamente en buscar soluciones más modernas, más adecuadas, más disruptivas.

Nos faltan ideas renovadoras. Tenemos que animarnos a romper paradigmas obsoletos de las ciencias sociales, que han dejado de funcionar y “crear un nuevo mundo”. Estoy seguro que es posible, tenemos que animarnos a hacerlo y apoyar con energía y con todos los recursos necesarios.

Podemos ser tan disruptivos como lo hemos sido en crear nuevas empresas y nuevos negocios extraordinarios en todos los países del mundo. ¿Acaso hace 90 años existían los increíbles nuevos unicornios creados por empresarios en todo el mundo, que hoy valen más que el PBI de varios países? En aquella época no existía internet, ni el conocimiento compartido. No había computadoras, mucho menos celulares. No podíamos comunicarnos tan rápido ni estudiar con las poderosas herramientas que hoy contamos. Hemos viajado al espacio y llegado a La Luna. La medicina ha descubierto cosas excepcionales, se han erradicado enfermedades terribles del pasado. Y creo que en algunos meses más, tendremos vacuna para el Covid-19.

La gran mayoría de las carreras actuales son nuevas, el 60% de nuestros hijos estudiarán carreras que aún no han sido inventadas, con ideas nuevas, con conocimiento nuevo. Nuestros jóvenes son disruptivos por naturaleza. Hay ya Inteligencia Artificial, Industria Robótica, Bio-tecnología, Nano-tecnología, etc, etc, etc.

Tal vez, el principal interrogante sea: No será momento de pensar en un nuevo sistema económico, basado más en un mejor futuro para todos, que en ideas aplicadas hace muchos años… Las ideas de 1930 sirvieron en 1930, necesitamos ideas 2020 ahora!

El genial profesor Albert Einstein, rupturista por naturaleza decía: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

Me animo en pensar que nuestra sociedad necesita y puede obtener un resultado diferente, pero debemos comenzar a pensar de manera diferente.

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio