Por estos días es muy común escuchar a mucha gente diciendo que nos debemos reinventar, en cada una de las cosas que hacemos, pensamos y sentimos; esto no es la excepción en el sector educativo, donde los maestros estaban enseñados a tener de cuerpo presente a sus estudiantes en mismo salón de clases.

Hoy en tiempos de pandemia, logramos observar como la regularidad del proceso de enseñanza – aprendizaje, se ve como algo del pasado, lo cual ha creado variedad de conjeturas para toda la comunidad educativa y en especial, esto, ha confrontado el que hacer de los docentes y directivos docentes; incorporando en su planificación pedagógica acciones de trasformación, buscando en todo momento propuestas innovadoras y creativas, las cuales se resumen desde el imaginario y desde la realidad que los acosa, a replantear la instrucción y el acompañamiento de los procesos de aprendizaje de sus estudiantes.

Los maestros en este tiempo de crisis o mejor dicho, de la ruptura de la cotidianidad escolar, han estado a la altura, y esto no es ninguna novedad, pues los acompaña la pedagogía, la vocación, la ética, la paciencia, la creatividad y la innovación, ya que en este país los recursos para dotación, infraestructura educativa, material didáctico, capacitaciones y demás son insuficientes y le tocó por décadas al maestro trabajar con lo que tiene, o mejor apropiarse de los recursos de su contexto y hacer de estos el objeto de estudio.

En los nuevos avatares educativos a los que se enfrenta la educación de hoy, el ministerio de educación nacional( MEN), al igual que las secretarias de educación de las entidades territoriales certificadas, como ejemplo SEDUCA del departamento de Antioquia, ellos trazan directrices, donde la principal herramienta es la virtualidad, adoptan dentro de los sistemas informáticos guías de aprendizaje, programas de televisión y radio, que sin planearlo con profundidad subregional, lo dudo una vez más, permite, reevaluar los modelos pedagógicos, ya que hay que iniciar por evidenciar una realidad como tantas veces se ha planteado en el discurso académico, en donde se enuncia que todos los estudiantes no tienen el mismo nivel de aprendizaje, aprenden a su propio ritmo y todas las estrategias metodológicas no son efectivas en las mismas condiciones para cada educando.

Sobre la virtualidad en que hoy se sumerge a la escuela, es importante indicar, que esta como instrumento innovador, ayuda y potencializa la manera de abordar el saber, también permite construir otra realidad positiva y controvertida desde la objetividad de estudiantes y maestros; pero lo más desconsolador es que los niños y jóvenes no tienen acceso a la virtualidad, dejando en entre dicho a este recurso como la panacea de la educación; entonces desde esta situación emerge nuevamente el maestro como garante de la labor educativa, creando material físico para sus estudiantes (incluso de su propio bolsillo), compartiendo los pocos textos escolares que habitan en su escuela, utilizando su celular para los que lo usan como implemento de aprendizaje o para simplemente llamar a saludar y a animar, buscando que no desistan o acaben con los deseos de aprender.

El trabajo en casa, ha permitido seguir los procesos académicos de los estudiantes, sin importar las dificultades, en todo momento los maestros han procurado acompañar sin limitar su enseñanza en una sola maniobra pedagógica, pues siempre se han promovido diversos recursos para favorecer a los educandos; pero también surge el fenómeno y es que para algunos estudiantes se les facilita el que les entreguen un documento para que sigan unas instrucciones, para otros no tanto y es ahí donde el docente casi que convierte en una clase individual y a ritmo individual, todo lo que va generando, esto sería estupendo si todos contaran inicialmente con conectividad y que no hubiera sobre población en las instituciones urbanas y es ahí donde termina siendo desgastante y hasta estresante para los maestros.

Todo lo anterior es maravilloso, aunque se invisibilice la heterogeneidad de edad de los estudiantes rurales, la pobreza administrativa de la educación pública, el poco tiempo de acompañamiento que tienen la mayoría de padres de familia, los cuales se debaten entre conseguir el dinero para el sustento diario y la realización de tareas. Salvando a unos cuantos insisto una vez más que cuentan con la suerte de tener conectividad en la zona urbana, comparada con la zona rural, donde esta pandemia nos sigue dejando demostrado con claridad absoluta, el poco desarrollo que se lleva al campo en materia educativa ya que el 80 % de las sedes rurales no tienen conectividad, así aparezcan muy bonitos en los mapas nacionales como conectados, pero las realidades son completamente diferentes.

Por todo esto, hoy invito a la sociedad a ponernos en los zapatos de todos los maestros, que les toca ser triplemente más creativos, respondiendo a los modelos educativos del programa escuela nueva, postprimaria y escuela graduada, los cuales inventan nuevas estrategias, realizan adaptaciones escolares en las distintas áreas del saber, además asumen la virtualidad con los que pueden y hasta vuelven a utilizar las casi extintas cartillas escritas de antaño que nos tocó a nosotros, como la famosa coquito o nacho lee; y ni qué decir del bachillerato, donde hay diferentes materias y diferentes profesores, que a la par se preguntan cómo llevar la clase y las guías donde les deja unas tareas, siendo cautos para no sobre pasar la presión de unas actividades netamente intelectuales y ya acumuladas con las demás.

Es por eso que aprovechando el mes de los maestros, quiero, como maestro que soy, reconocer y pedir el favor a todos los estudiantes, padres de familia y comunidad en general, que no seamos tan duros con nuestros docentes ya que igual que ustedes, ellos no esperaban que ocurriera una cosa como estas, que hizo cambiar nuestros hábitos, pero que intentan y logran hacer lo mejor posible, aportando desde lo más importante de su ser y hacer a las futuras generaciones que estarán encargadas de este planeta y donde noto constantemente que logran además enseñarles a los estudiantes sobre lo que este mundo nos pide día a día y para cada época.

Como en tiempos pasados de estudiantes, siempre recordaremos a esos profes que nos exigieron y nos hicieron hasta enojar, porque al final nos formaron para la vida.

Animo profes que con la ayuda de ustedes saldremos de esta.

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Redacción Minuto30

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