Para nadie es un secreto que nuestra sociedad adolece de grandes problemas. Los más visibles son aquellos que diariamente los medios de comunicación se encargan de evitar que olvidemos: inequidad, pobreza, hambre, violencia, corrupción, terrorismo, entre otros. Muchos de estos males se originan en el interior de sus actores intelectuales o materiales mucho antes de que el acto como tal se materialice.

El Liderazgo debe ser una apuesta por ayudar a resolver los grandes problemas de la sociedad. Colombia y el mundo requieren de auténticos lideres que impacten positivamente nuestras comunidades y fomenten un mejor mañana con optimismo y esperanza.

Según la Real Academia de la Lengua Española “el liderazgo es una condición del líder”; allí definen al líder como una “persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad”. También encontramos en el mundo académico y en la literatura, diferentes tipos y estilos de liderazgo, entre ellos, lo de Max Weber: liderazgo tradicional, legítimo y carismático.

De acuerdo con algunas Escuelas de Negocio existe el liderazgo natural, el autocrático, democrático, inteligente, emprendedor, situacional, transformacional, entre otros. Como vemos, hay un abanico de opciones sobre propuestas o concepciones de liderazgo que contribuyen a generar confusión.

Ahora bien, para aclarar que es el verdadero liderazgo, empiezo por decir que no hay liderazgo sin virtud. La mayoría de las personas que llamamos líderes no lo son realmente. El liderazgo consiste en lograr la grandeza y la excelencia personal logrando la grandeza y la excelencia en el otro.

El Liderazgo virtuoso consiste en el cultivo y desarrollo de las virtudes humanas, las cuales se adquieren con esfuerzo y sacrificio. Nos hace mejores personas, más satisfechas con nosotros mismos y por ende más felices. Como decía Aristóteles “la felicidad es el resultado de una vida virtuosa”.

De acuerdo con Alexandre Harvard, creador y fundador de los Institutos de Liderazgo Virtuoso en el mundo, existen seis virtudes claves para desarrollar el liderazgo. En primer lugar, están las cuatro virtudes fundamentales del liderazgo, más conocidas como las virtudes cardinales: Prudencia, Fortaleza, Templanza y Justicia. En segundo lugar, encontramos las virtudes sin las cuales el liderazgo no puede darse: la Magnanimidad y la Humildad.

El enfoque de liderazgo virtuoso trabaja sobre el interior de la persona. Nos dice que la personalidad tiene dos grandes componentes: el Temperamento y el Carácter. Todos nacemos con un temperamento (Colérico, Sanguíneo, Melancólico o Flemático).

El temperamento no cambia, razón por la cual, el temperamento nos condiciona, pero no nos determina, es el carácter el que lo hace. El rol del carácter es potencializar las fortalezas de nuestro temperamento, y, a su vez, moderar las debilidades del mismo. El carácter se construye sobre el temperamento.

Esta propuesta de liderazgo ofrece herramientas para ayudarnos a vencer nuestras luchas interiores entre el bien y el mal, de tal manera que evitemos que haya -como mínimo – dos desgraciado menos en el mundo, y que esos seamos usted y yo.

Ante los problemas presentes y la queja constante sobre la violencia, la corrupción, la inequidad y la falta de solidaridad que vemos en nuestra sociedad, la invitación es a que, como decía Gandhi, seamos ese cambio que queremos ver en el mundo.

De esta manera, revisemos interiormente si estamos siendo honestos, justos, solidarios y no violentos en nuestro trato con nuestros hijos, pareja, padres, amigos, trabajadores e incluso con nosotros mismos.

El liderazgo virtuoso nos exhorta a realizar cambios en nuestro interior y a practicar las virtudes para lograr una sociedad próspera, justa y en paz.

@FranciscCardona

Ex Viceministro de Educación Superior 
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Redacción Minuto30

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