La semana pasada la Corte Constitucional emitió un fallo en donde reafirmo la imposibilidad de aspirar a cargos públicos para aquellos que tuvieran responsabilidades fiscales con la justicia.

Es decir, todo aquel que le deba plata al Estado automáticamente quedaría impedido para ser elegido mediante el voto popular. Es lo más lógico si se tiene en cuenta que de ser elegido popularmente, su salario se pagaría con recursos públicos.

Pues bien, este fallo puso en el ojo del huracán al líder de la oposición Gustavo Petro, actual senador de la República por el movimiento Colombia Humana y a quien a lo largo de su gestión como alcalde se le sancionó por 4 decisiones administrativas que causaron un grave detrimento patrimonial contra Bogotá.

En primer lugar, se le acusó por la compra de los famosos camiones de basura, que no cumplieron con los requerimientos previstos por la ley, y muchos de ellos se encontraban en pésimas condiciones. Por ello, se le puso una multa de $40.000 millones aún por pagar.

En esta misma línea, se le impuso una sanción de $98.000 millones por la improvisación con el esquema de aseo de Bogotá, pues en los días 18,19 y 20 de diciembre de 2012, la ciudad amaneció inundada de basura y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) asumiendo su nueva responsabilidad, ocasionó una crisis ambiental que le significó a Petro una nueva sanción judicial.

Finalmente, la Contraloría distrital le imputo sanciones por la recompra de TGI de la Empresa de Energía de Bogotá por un valor de $832.000 millones.

La lista no se detiene, pues en 2016 la Contraloría le impuso una multa $217.000 millones por la reducción de tarifas de Transmilenio, al determinar que había sido arbitraría y se había puesto en peligro la sostenibilidad fiscal del servicio, pues subsidiaba las horas valle.

Haciendo una suma rápida, el senador Petro junto a su administración, le deben a Bogotá más de 1 billón de pesos, y eso sin promediar el atraso que tiene Bogotá por los miles de programas prometidos y no ejecutados entre 2012 y 2015. Se dedicó a salir repetidamente al balcón de la alcaldía para ganar apoyo popular, mientras sus decisiones le costaban a los bogotanos miles y miles de millones por los cuales hoy nadie responde.

Como era de esperarse la reacción de Petro no fue ante la justicia; fue por medio de su cuenta de Twitter en donde alegaba la arbitrariedad de poner multas impagables, persecución política detrás de su aspiración presidencial para 2022 y la frase con la que le respondía al periodista Hassan Nassar “si logro ganarme 500 millones mensuales, en cuotas mensuales en esa cantidad durante 30 años, cuando cumpla 88 años podré pagar las multas.

No tendré para comida, pero haré el sacrificio” La estrategia de víctima en su máximo esplendor.

Lastimosamente, no creo que la Contraloría inhabilite al senador Gustavo Petro incluso con todo el material probatorio, las multas y los testimonios que tiene la justicia en su contra. Hoy en día, posar de víctima y acudir a la movilización, es más efectivo que defenderse ante un juez.

@DanielPenaB_

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Redacción Minuto30

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