La Organización Mundial de la Salud pide a los Gobiernos de todo el mundo que prohíban las pruebas de virigidad que además de ser dolorosa, es traumática y no tiene validez científica.
Una prueba de virginidad es un examen ginecológico para, determinar si una mujer o una niña han tenido relaciones sexuales y se llevan a cabo en al menos 20 países del mundo.
La Organización Mundial de la Salud, con el apoyo de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y de ONU Mujeres, ha pedido que se ponga fin a esa práctica porque no solo es innecesaria, sino que también puede ser humillante, dolorosa y traumática.
La prueba puede consistir en inspeccionar el himen para ver si se ha desgarrado o el tamaño de la abertura, pero también se llegan a insertar dedos en la vagina (la «prueba de los dos dedos»). Ninguno de los dos métodos puede probar si ha habido penetración vaginal.