La habitación donde falleció Oscar Wilde

La habitación donde falleció Oscar Wilde

El escritor irlandés Oscar Wilde falleció en noviembre de 1900 en París en un hotel de bajo presupuesto en el que no pudo abonar la factura. Más de un siglo después, una habitación en ese mismo establecimiento, reconvertido en lujoso cinco estrellas, rinde homenaje a su inquilino más célebre.

El L’Alsace, rebautizado como L’Hôtel en 1967, fue testigo del ocaso vital y profesional del literato, que se refugió allí sus dos últimos años tras haber cumplido en el Reino Unido una condena de dos años de trabajos forzados en prisión por sodomía.

Sebastian Melmoth, pseudónimo que utilizó con la intención de pasar desapercibido, llegó enfermo, sin dinero y mantenido por los pocos amigos que no le habían dado la espalda, pero sin renunciar a sus costumbres y su esencia.

El autor de «El retrato de Dorian Gray» ocupó una habitación de la planta baja, en la que actualmente está el bar, pero su presencia pervive en la construida en su honor, un piso más arriba y con terraza, donde el diseñador Jacques Garcia recreó el que podría haber sido su propio salón en su época dorada en Londres.

Una foto del autor, caricaturas y artículos de prensa enmarcados, y la factura que dejó sin pagar, junto a parte del cabecero original de su cama, decoran la estancia, que según explica a Efe Julien Révah, mánager general de L’Hôtel, es una de las más demandadas, a razón de 850 euros (969 dólares) la noche.

«Wilde falleció en condiciones atroces (…) Es una herencia que aceptamos e intentamos que no se olvide que murió aquí», añade el directivo.

Una placa en la entrada de ese hotel de la «rive gauche», uno de los cinco estrellas más pequeños de la capital, con sus 20 habitaciones, recuerda al también poeta y dramaturgo junto a un cóctel, «Into the Wilde», compuesto por whisky, licor de tabaco, pimienta negra y chocolate.

El artista, según Révah, «vivía muy austeramente. Su día a día pasaba más bien a base de sopas y mucho vino, pero un vino de no muy buena calidad».

La tesis que mayor consenso genera es que falleció por una meningitis resultado de las complicaciones de una otitis arrastrada durante años y de la que fue operado precariamente en su lecho.

Famoso por decir que estaba muriendo por encima de sus posibilidades, Wilde era un «hombre de placeres», una «figura eminentemente romántica y pura» que no luchó contra su homosexualidad, aunque eso le valiera no volver a ver a sus dos hijos tras salir de prisión, destaca el experto Dominique Vibrac.

Este doctor en Historia de la Filosofía ejerce también de guía en recorridos por el París de Wilde, quien, con sede en ese antiguo hotel de viajeros y de encuentros furtivos, se movía por los cabarés de Montmatre, los Grandes Bulevares y sus teatros.

Había visitado la capital francesa por primera vez en 1867 con su madre y en esa ciudad, en plena «Belle Époque», supo disfrutar tanto de los lujos en su momento de éxito como posteriormente de los bajos fondos.

El barrio de Saint Germain no gozaba por aquel entonces de su reputación actual, pero L’Hôtel se ha visto beneficiado de su prestigio posterior, y su excelente ubicación le ha hecho ser frecuentado por destacadas figuras del mundo de las artes.

El pintor español Salvador Dalí, el escritor argentino Jorge Luis Borges, el cantante francés Serge Gainsbourg o el estadounidense Jim Morrison jalonan la historia del establecimiento, en el que británicos y estadounidenses son quienes más reclaman pasar la noche en el cuarto que le homenajea.

Marta Garde

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Redacción Minuto30

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