En el cementerio El Apogeo, al sur de Bogotá le rindieron homenaje a Víctor Julio Suárez Rojas, alias “Jorge Briceño Suárez” o “Mono Jojoy”, quien fuera antiguo comandante del Bloque Oriental de las FARC, jefe de las acciones armadas y miembro del Secretariado de la organización, muerto hace siete años en un bombardeo del Ejército en una zona llamada La Escalera, en la región de la Macarena, departamento del Meta.

Todo un terrorista, narcotraficante y secuestrador que cometió durante su época delitos como homicidio en persona protegida, daño en bien ajeno, concierto para delinquir, homicidio agravado con fines terroristas, desaparición forzada, reclutamiento ilícito, secuestro extorsivo, hurto calificado, desplazamiento forzado, utilización de medios y métodos de guerra ilícitos, rebelión, extorsión, fabricación y tráfico de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares por mencionar algunos.

Un insulto a las víctimas, al país y a los colombianos que le rindan homenaje a una persona que no fue precisamente un ángel caído del cielo, ahora la sociedad está en proceso de aceptación a las FARC como organización política legitimados por una persona de la misma índole como lo es Juan Manuel Santos, desde la oposición hemos advertido todo lo que ha venido sucediendo. Ejemplo de ello es que el acuerdo de paz si rompe la estructura del estado de derecho que no es más que el Estado como forma de organización política y el derecho como conjunto de las normas que rigen el funcionamiento de una sociedad.

Y el gobierno complaciente les ha entregado todo lo que han querido, cómo la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) que busca únicamente quitar de en medio a la oposición y someter a toda la ciudadanía que expreso su voluntad en el plebiscito que votaron 6.431.376 de colombianos según la Registraduría.

Le pregunto a la ciudadanía ¿Quién le entrego poderes soberanos a la mesa de negociación en La Habana? Por encima del derecho a la paz está el derecho a la vida y el único principio que da garantía de ella es la seguridad, que se da de la mano del imperio de la ley, hoy la falta de institucionalidad oculta la verdad de la guerra. Este pacto se convirtió en una paz extorsiva, ahora debemos entregarle la institucionalidad a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad para que no nos maten.

Los principios de una sociedad deben ser firmes y contundentes para que no vuelva a ocurrir lo que nos hizo Santos y las FARC; disfrazar los homicidios, actos terroristas y el desplazamiento de defensores de la política, defensores de derechos humanos y la democracia para otorgarles impunidad por ese hecho. Lo que llaman paz ahora es un pacto de élites que desde Bogotá incendio este país, esta es nuestra realidad dejemos de premiar bandidos por que únicamente conseguiremos más bandidos.

@nicoalgu

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Redacción Minuto30

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