SEMANA DE LA MODA DE PARÍS

SEMANA DE LA MODA DE PARÍS

La firma japonesa Issey Miyake presentó hoy en París sus propuestas para la temporada primavera-verano 2018, en una colección más sofisticada y diversa en la que demostró que la elegancia no está reñida con el estilo informal del día a día.

Para abrir el desfile, el director creativo de la línea femenina, el modisto Yoshiyuki Miyamae, trató además de emocionar a los seguidores de la firma ofreciendo una actuación donde tres bailarinas se movían lentamente en un juego artístico con la propia ropa de la marca, como tratando de escapar de las prendas.

La colección se adapta a las necesidades de una mujer contemporánea, que busca la comodidad para su día a día, pero se niega a renunciar a la elegancia.

Si la pasarela comenzó con una serie de conjuntos bicolor en blanco y negro con estampados geométricos, el color no tardó en imponerse, destacando los looks de pantalón y top amplio en blanco con dibujos en verde, azul y marrón.

Estos tonos naturales encuentran su sentido en la inspiración de Miyamae, iluminado por un viaje reciente a Islandia, según confesaba él mismo a Efe al término del desfile.

«Quería imprimir mis recuerdos del viaje en esta colección, los colores están literalmente tomados de mis fotos, esos puros glaciales o el marrón de las montañas», contó.

En las formas, los tejidos trabajados tridimensionales volvieron a verse gracias a la técnica del «baked stretch», habitual en los últimos desfiles de la casa, que utiliza el calor para crear una serie de pliegues con un efecto de volumen, que sirven al mismo tiempo para imitar las siluetas de las montañas.

No es la primera vez que la marca recurre a modelos maduras para sus desfiles -tampoco es la única marca que lo hace-. La elección depende del público y es por ello que algunas firmas prefieren ceñirse a un elenco especialmente joven.

En el caso de Miyake, el casting se valió de varias modelos de mediana edad y un gran elenco de chicas negras en contraste con otras muy pálidas, de apariencia albina, como gesto de la diversidad de los propios diseños.

También la firma Loewe concibe su moda dentro de un marco artístico, en este caso dentro de un espacio minimalista en la sede de la Unesco en París, decorado con esculturas de cerámica en miniatura y tapices a gran escala creadas por el artista Mo Jupp, que sirvieron de escenario a una colección de líneas fluidas.

Loewe sigue subiendo escalones en el podium de las casas de costura de la mano del británico Jonathan Anderson, que continúa explorando la herencia de trabajo manual de la marca añadiendo el arte y la innovación como señales de una nueva identidad.

Anderson interpretó la feminidad en su colección primavera-verano 2018 recurriendo a cortes asimétricos que acentúan las formas femeninas entorno a la cintura y afinan la figura con vestidos largos.

Las piezas de fondo de armario fueron revisadas, como la americana, que se lleva desestructurada, o los jerséis que adornan ahora vestidos y faldas.

Una prenda sin mangas se convierte en un vestido largo cosido sobre una camiseta estilo malla.

La casa quería recuperar así tejidos del día a día y darles un giro extraordinario, mediante flecos, joyas y aplicaciones incluidas a la mano.

Los accesorios se llevaron gran parte del protagonismo: los mocasines se convierten en botas y las deportivas visten los looks diurnos adornadas con puntera, como las de elfos que se ven en dibujos animados, mientras que un botín tipo ‘chelsea’ de tacón, bautizado como zapato dinosaurio, acompañó los vestidos.

Horas más tarde, el diseñador italiano Marco Colagrossi desvelaba el resultado de su primera colección para Emanuel Ungaro, en una línea llena de color y de formas muy delicadas, cargada de sedas, tul y transparencias pero en colores vibrantes, con reminiscencias ochenteras.

Una modelo presenta una creación de la colección «prêt-a-porter» Primavera/Verano 2018 del diseñador japonés Yoshiyuki Miyamae para Issey Miyake


Los vestidos princesa se transforman acortándose por encima de la rodilla por delante y largos por detrás, como si de colas se tratase.

Los looks de día con pantalón se reformulan con jerseis lurex transparentes y pañuelos con lazada al cuello, mientras que los trajes masculinos se llevan anchos, con aspecto informal.

EFE/Por María D. Valderrama

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Redacción Minuto30

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