Evitar AHONDAR en los mismos debates o limitarse a seguir las arremetidas de peleas interminables, parece casi imposible para quien analice la realidad política nacional en estos días.
A la vez, puede constatarse que fuera de la política institucional, hay otros temas urgentes para el futuro de las sociedades, INCLUIDA la nuestra.

Pues bien, cuando en medio de una conversación reciente, mi papá me preguntó cómo creía que estará el mundo en cincuenta años en términos de desarrollo tecnológico, comprendí que nos encontrábamos ante uno de esos temas que merecen ser comentados.

Y como antes de comentar un tema es preciso delimitarlo, diré que estas líneas se refieren a los efectos nocivos de la tecnología en el presente y el futuro de la humanidad.

Una conclusión preliminar, tan adecuada como sencilla en medio de un tema complejo, es que la tecnología nos ha hecho la vida más fácil. Creo que casi nadie está en desacuerdo con esto.

Pero no se debe tanto a que la tecnología hubiera eliminado trabajos desarrollados por el ser humano, sino a que ha permitido que tengamos remplazos suficientemente idóneos y a veces más cualificados para realizar algunas acciones más o menos exigentes.

Sin embargo, este cambio de roles, naturalmente conlleva un cambio de prioridades: Si desarrollar ciertas habilidades y oficios como el cálculo aritmético, la memorización y la resolución de ciertos problemas ahora carece de sentido práctico, contamos con menos incentivos para cultivar esas potencialidades y con más tiempo libre.

Tiempo que siendo en principio un buen activo personal, al no encontrar el mismo nivel de necesidades en las cuáles ser invertido, termina destinándose a prioridades más ociosas y en general, menos enriquecedoras para el pensamiento sofisticado y profundo. Incluso contribuye a inhibir el contacto familiar, fundamental para el desarrollo de las emociones y del lenguaje.

Pues bien, esto empieza a convertirse en una constante que además de incremental será paradójica: La tecnología avanzará exponencialmente hasta un punto en el cual, menos personas tendrán las habilidades y la voluntad necesaria para seguir produciendo desarrollos tecnológicos. En consecuencia, muy probablemente el avance tecnológico se irá desacelerando.

Todo lo anterior debería empezar a ser notorio desde las próximas generaciones. Aunque lamentablemente, ya es mucho más que una especulación:

El célebre escritor estadounidense Nicholas Carr, lleva una década advirtiendo que internet y herramientas tecnológicas como los teléfonos celulares cambia nuestra forma de pensar y que eso genera múltiples efectos perjudiciales para nuestro desarrollo cognitivo.

Estas afirmaciones, que han sido tildadas enérgicamente como exageradas, cada vez tienen más sólido respaldo científico.

De hecho, un reciente libro de superventas en Francia del profesor Michel Desmurget, en línea con numerosos estudios, afirma que la generación de los nativos digitales, nacidos con posterioridad a la invención de los teléfonos inteligentes y el boom tecnológico de inicios del siglo XXI, son la primera generación que tiene un coeficiente intelectual más bajo que la anterior, desde que se lleva registro.

En efecto, la sofisticación cognitiva de la humanidad venía incrementándose continua y consistentemente a lo largo del siglo XX, fenómeno que recibe el nombre de efecto Flinn, pero en tiempos de digitalización en furor, esa curva se quebró, empezando a descender.

También se ha explicado que los celulares y otras tecnologías roban la atención de sus usuarios y debilitan sus capacidades de concentrarse. Absorto en usar herramientas digitales o en pensar usarlas, el cerebro se acostumbra a gestionar información de manera desenfocada, irreflexiva, fragmentaria, en fin, de manera deficiente.

En ese orden de ideas, resulta urgente para un futuro viable, encontrar maneras de poder seguir desarrollando tecnología determinante para el bienestar humano, sin que ello repercuta en desincentivos para el desarrollo intelectual integralmente considerado.

Esto sobre la premisa de que la tecnología debe servir para incrementar y afilar habilidades humanas, no para soportar y determinar su degradación y desaparición.

Avances tecnológicos es entonces, una expresión relativa. Pues la técnica en sí puede avanzar, pero, de hecho, también puede estar generando retrocesos en la calidad de vida, en las posibilidades de desarrollo humano y por esa vía, además, EN EL PROPIO FUTURO DE LA TECNOLOGÍA.

Sería equivocado generalizar, pero sí estamos hablando de una tendencia innegable e inquietante de nuestra era, aunque ampliamente ignorada.

Por cierto, tomarla en cuenta no es para nada sencillo, porque la presunción general apunta a que internet y las herramientas de vanguardia aumentarán indefinidamente nuestras capacidades, porque nos hemos acostumbrado a las facilidades tecnológicas cotidianas, más aún en tiempos de pandemia, y, sobre todo, porque los dispositivos siguen ejerciendo una atracción casi irresistible.
Pero ser conscientes al respecto, es el primer paso para aminorar los riesgos.

En este punto, es bueno aclarar que renunciar a la tecnología y boicotear su desarrollo no son opciones plausibles. Más bien se trata de renunciar a la dependencia tecnológica, de crear o mantener comportamientos que contribuyan a preservar nuestras capacidades de análisis.

En conclusión, pocos más entusiastas de la tecnología que quien escribe.

Pero precisamente ese entusiasmo, debe conducir a llamar la atención de todos sobre un problema tan serio, empezando por los usuarios de las herramientas tecnológicas, para que pongamos algo de voluntad en utilizar la tecnología sin hacernos dependientes a ella, sin depositar allí nuestra confianza para vivir satisfactoriamente, sino tratando de elevar nuestras habilidades y asegurar por esa vía que podamos seguirlo haciendo, soportados en las posibilidades que brinda una herramienta poderosa de doble filo.

@ORTEGASEBASTIA1

Lea también: Tutelas sí, pero no así

La opinión del autor de este espacio no compromete la línea editorial de Minuto30.com

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio