Las FARC tardaron 11 años para volver a convocar una Conferencia Nacional, la VIII fue la más importante del siglo pasado y se realizó en el departamento del Guaviare, entre los ríos Unilla e Intilla, se inauguró un 11 de abril y se prolongó durante 7 días, participaron todos los cabecillas de los frentes armados y de las milicias urbanas.

Es así como nace el terror en el año 1993 con el objetivo de darle a los máximos cabecillas el estatus de “Secretariado”, que estaría conformado por 7 miembros, entre ellos el anfitrión de esta Conferencia: Jorge Briceño Suarez, más conocido con el alias de «Mono Jojoy», abatido durante la «Operación Sodoma» del Ejercito Nacional el 23 de septiembre de 2010.

Tras lo que el nefasto Gobierno Santos saldando culpas, 6 años más tarde les otorgaría el estatus de “Honorables Representantes y Senadores de la República”, pero no le vamos a restar mérito al Gobierno pasado por haber abatido un futuro congresista, más bien deberíamos rendirle homenaje a los soldados que participaron en la «Operación Sodoma», salvaron muchas vidas.

La carrera criminal de un guerrillero raso es muy corta y de bajas jerarquías, imaginemos la estrategia del «Mono Jojoy» para ascender desde el rango más bajo hasta convertirse en el segundo narcoterrorista más importante del país y jefe militar de las FARC, sus innovadores métodos delincuenciales fueron los más sanguinarios e inhumanos jamás empleados por esta organización criminal.

Sin embargo, hoy es homenajeado por su “lucha por los más humildes” en un festival del partido FARC, financiado con las platas de nuestros impuestos, confirmando nuevamente que los miembros de ese movimiento político están lejos de arrepentirse del baño de sangre en que sumergieron a Colombia y que por el contrario no les importa ofender a las víctimas y revictimizarlas sin ley.

Así mientras el brazo armado de las FARC asesina a 3 jóvenes inocentes, el brazo político del Congreso le rinde homenaje a su más grande asesino. Que Colombia cierre un museo sobre Pablo Escobar, pero permita un homenaje al «Mono Jojoy» constituye una vergüenza internacional comparable con un homenaje a Garavito, lo preocupante de todo es que la apología al terrorismo la costeamos todos los contribuyentes.

¿Qué tal si proponemos un homenaje al Comandante Carlos Castaño o a Salvatore Mancuso? tienen la misma categoría que el «Mono Jojoy». La diferencia es que con los primeros la gente se hubiese indignado profundamente, con el último el silencio ha reinado ¡sinvergüenzada! y lo peor: no faltará el que diga “los prefiero homenajeando que disparando”.

@bryanobando93

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Redacción Minuto30

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