El imaginario ideal que hemos dibujado acerca de los perros y gatos para quienes los amamos, es el estar en una casa con un recipiente lleno de alimento, con juguetes, cuna, sus traíllas, correas y quién sabe cuántos aditamentos más que el comercio nos ha interiorizado como importantes y necesarios para ellos;  Esto nos lleva a considerar cuando vemos un perrito o gatito que no cumple con estas condiciones que está “sufriendo”, lo cual a veces es una clasificación injusta, pues de verdad que hay muchos animales que a pesar de no contar con los lujos y comodidades que los nuestros, si encuentran una buena vida, amorosa al lado de personas que incondicionalmente les dan más de lo que poseen.

Muchos de nosotros hemos visto la vida de los perritos al lado de un habitante de calle o un reciclador, nos han conmovido, nos han generado angustias incluso, pero también despiertan ternura cuando evidenciamos que es real su amor; Es cierto que algunos de ellos los usan solo para ganar indulgencias a través de limosna de quienes se logran conmover con mayor facilidad ante la presencia de un perrito; otros, cuando tienen sus momentos de alicoramiento o se encuentran bajo efectos de sustancias psicoactivas los maltratan, sin embargo, no todos son así. Hemos conocido casos que de verdad logran despertar la admiración y la solidaridad, relataré algunos que conozco.

Niña, la perrita de un reciclador que diariamente pasaba por la zona occidental de Medellín. Desfilaba muy empoderada y feliz en la cima de su trono, una humilde carretilla que su compañero de aventuras, tiraba por todo el barrio. El señor siempre la cuidaba, le brindaba su afecto y literalmente se sacaba el pan de la boca, para ofrecérselo a ella; Tuve la oportunidad de ayudar a Niña, esterilizándola (me tocó verla ser madre de dos camadas, cuyos cachorros se regalaban, porque el amor no le daba al señor, ni para obtener dinero de ella en su beneficio). El día que se la recibí para hacer su procedimiento, el señor se quedó con los ojos anegados al ver cómo su mejor amiga partía si él; cuando regresamos la entré a mi casa y ella al verse al interior de un hogar caliente y con más comodidades que la calle, no se dejó deslumbrar solo intentaba escapar para reencontrarse con la persona que tanto quería. Ella solo quería a su amigo fiel y el reencuentro, nos conmovió hasta las lágrimas, la alegría de Niña a pesar de su postquirúrgico, el alivio de él al verla. Hace muchos años que no volví a verlos, pero espero por ambos, que su final hubiese sido juntos y sin sufrimientos.

Otro muy conocido por quienes nos frecuentan, vive en los bajos del puente que circunda predios donde la Fundación realiza muchas actividades. Son dos, Dragus y Perro sus caninos fieles. Nos hacen sufrir lo indecible, ellos atraviesan calles, corren tras de él, con una habilidad pasmosa pues nunca han sufrido atropellamientos y siempre logran escabullirse en la búsqueda de su amigo. No se desamparan, duermen juntos y siempre nos busca para ayudarlo con sus atenciones médicas y alimento; Más de una vez hemos intentando que nos los entreguen, pero la manada no se separa; incluso alguna vez, él, llegó llorando a donde me encontraba pues a Dragus la quebrada lo había arrastrado, sin embargo y pasadas unas horas, vimos llegar a Dragus con su colita bajo las patas, muy mojado y asustado, pero feliz del reencuentro con los otros dos miembros de su familia.

Mona, tuvo dos cachorritos en la calle, los cuales a causa de la desnutrición y las condiciones de su hábitat  fallecieron en menos de dos días; ella quedó con un sangrado importante por el cual su mamá humana pidió auxilio. Le ofrecimos la ayuda y la llevó al centro de atención con el cual trabajamos, estando allá sin soltarla un solo minuto de sus brazos nos dijo: “¿Podrían ustedes quedarse con ella?, ella es mi vida y me parece injusto para ella, en ocasiones no tengo para darle comida, ella duerme con hambre y con frío; esta no es vida para alguien tan maravilloso como ella”, totalmente conmovidos la vimos irse ahogada en llanto y a Mona desesperada por escapar tras ella. El proceso de “olvido”, de entender que ya no vivía en las calles, sino en el calor de un hogar fue complejo, requirió paciencia y mucho amor.  Ahora se llama Luz Clarita, estoy segura que a pesar del tiempo no ha olvidado a quien fuera su familia, que sacrificó su felicidad por su bienestar.

El último caso que les contaré es uno que actualmente tenemos con nosotros, se llama Danna y gracias a unas personas muy amorosas, está recibiendo con nuestra fundación ayuda. Ella es miembro de la manada de unos habitantes de calle del Sur de la ciudad, esta semana fue atropellada, el indolente conductor no le importó verla herida en mitad de la calle. Danna se quedó en su “cambuche” tirada, con dolor y sin ayuda. Sus auxiliadoras nos contactaron y justo hoy (viernes) tenemos a Danna en cirugía por una luxofractura en su extremidad delantera. Es injusto lo que puede pasarles a estos hermosos seres que por verse en las calles, no merecen el respeto de quienes pasan cercanos. Danna regresará con su manada, esterilizada y con solución a su problema de ortopedia y claro está, con todas las recomendaciones para que su familia pueda cuidarla adecuadamente.

Hay animales bendecidos con el amor incondicional de seres humanos que no han sido tan afortunados, a ellos, hay que apoyarlos; como también, amerita denunciar a aquellos que se aprovechan del infortunio de los animales, para usarlos en aras del sustento o para hacerles daño.

Hablaba con un reconocido corporado de la ciudad, justo hace ocho días, de una idea que le ha rondado por la necesidad de animales como estos y es la de conformar una red de centros veterinarios que puedan ofrecer atenciones de bajo costo o incluso gratuitas, bajo la cobertura de hospital público veterinario, para casos de este calibre, de animales que les sobra amor, pero tienen carencia de condiciones que permitan garantizarles su bienestar. De igual forma, conversábamos de la necesidad de albergar en las granjas de rehabilitación de habitantes de calle a su familia, la familia Multiespecie, ellos son parte muy importante de nuestras vidas y merecen de un tratamiento igual de considerado al de cualquier ser vivo.

Aprovecho para extender un saludo de gratitud a personas como él, miembros de Corporaciones públicas legislativas, al servicio verdadero de la vida que permiten que la inclusión para todos ea posible. A quienes les conduela historias como los que acá relato, les invito a conocer las propuestas y agendas programáticas de los candidatos a las próximas elecciones, para que podamos contar con personas idóneas que trabajen de verdad por todos los habitantes de nuestra ciudad y departamento.

Si desean ayudar a Danna, con el pago de sus cuentas y en su proceso de recuperación, los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales: Fundacionorca, para conocer un poco más acerca de ella y apoyarla.

Fundación O.R.C.A
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Redacción Minuto30

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