Desde hace muchos siglos, la humanidad ha intentado conocer el futuro. Muchas civilizaciones, muchos pueblos y personas han intentado predecirlo, desde oráculos hasta adivinos. Y si… nos gustaría mucho poder conocer con precisión el clima, desastres naturales, anticiparnos a los grandes hechos políticos, predecir valores económicos, saber los resultados deportivos, quién ganará las elecciones y otras tantas predicciones.

Obviamente, esto no es posible. Pero en algunos casos surgen razonamientos sorprendentes…

He visto en programas de televisión, de radio y leo en diarios y revistas, entrevistas y notas que intentan predecir o delinear cómo será nuestra “nueva vida” post Pandemia. Cómo será la nueva vida social, ¿nos podremos saludar? ¿Cómo serán los protocolos de bioseguridad en las fiestas de casamiento y en los cumpleaños de 15? ¿Volveremos a poder hacer un asado con amigos? ¿A cuántos podré invitar a casa? ¿Cómo serán los protocolos de limpieza y desinfección en los Hoteles? ¿Volveremos a viajar en avión? Y ¿qué pasará con los oficios, los comercios, los actos religiosos…  y qué pasará con nuestros trabajos? ¿Acaso el trabajo virtual será la nueva regla? ¿Se podrá en todos los casos teletrabajar? ¿Cambiará el mapa Geopolítico? ¿Qué pasará con el equilibrio Mundial? ¿Se podrán pagar todas las deudas financieras?…

Me parece una tarea sumamente difícil poder imaginar todas estas respuestas, es para mí casi imposible. Sobre todo pensando que aún ni siquiera ha terminado el Covid 19 y sus profundas consecuencias sanitarias, sociales, políticas y económicas.

En el año 2000 tuve la muy valiosa oportunidad de participar en  Expomanagement, un evento muy grande al que asistieron pensadores, economistas, filósofos, ejecutivos y profesionales de muchos países. Éramos más de 5000 asistentes, con el objetivo de poder entender las Claves del Nuevo Milenio y la Globalización de cara al futuro.

Pudimos asistir a interesantes charlas y presentaciones de Personalidades muy destacadas como: Paul Krugman, Henry Kissinger, Jack Welch, Stephen Covey, Tom Peters, Kenichi Ohmae, Gian Luigi Buitoni, Bernd Schmitt y Spencer Johnson entre otros.

Hace poco, en una mudanza encontré mis notas del evento. Las volví a leer 20 años después y claro, la realidad resultó muy diferente. La gran mayoría de los cambios y proyecciones futuras, no se cumplieron. El diario del lunes no falla, la realidad superó nuestras expectativas.

Me puse a recordar una presentación que mucho no me gustó. Fue la del señor Bill Gates, Presidente de Microsoft en ese momento. Dio una exposición bastante sobria que no logró colmar la gran expectativa que tenía sobre su persona y la gran empresa que había creado.

Dos días más tarde, temprano en la mañana mientras me afeitaba, sin pensar en nada…mi cerebro hizo click y me cayó la ficha. De pronto pude entender la “Brillante presentación del Sr. Gates”. Fue como ponerme anteojos de realidad virtual aumentada. Resultó muy impactante darme cuenta que mi cerebro necesitó de 48 horas de procesamiento mental para entender el mensaje y su presentación.

Bill Gates, en ese momento nos contó en qué estaba trabajando Microsoft y los nuevos productos en desarrollo y que esperaban lanzar. Y desde allí, con humildad y simpleza nos dijo como pensaba que sería el futuro del trabajo en base a las numerosas herramientas de Windows. La gran mayoría de sus proyecciones se cumplieron con mucha exactitud. Claro, él no intentaba predecir el futuro, por el contrario proyectaba el presente en base al software que estaba creando. ¡Impresionante!

Creo que la pausa que ha creado la cuarentena nos lleva a reflexionar en que somos muy frágiles y hace más evidente la gran incertidumbre futura. Son muchas las dudas y las preguntas que surgen, pero creo que de ninguna manera nos tienen que paralizar.

Nuevamente el Sr. Bill Gates en una charla Tex en 2015 dijo que la próxima “catástrofe mundial” sería una “epidemia” pues no veía que el mundo se preparara como corresponde para evitarla. No hizo una predicción, señaló una importante falencia.

Además del tiempo que falta transcurrir, me parece muy importante pensar en lo que realmente hacemos todos y cada uno de nosotros en el tiempo presente, en el día a día, en el aquí y ahora. De nada sirve lamentarnos no poder saber lo que vendrá, el futuro es evidentemente incierto. Pero podemos poner nuestro esfuerzo en el presente, en lo que podemos hacer y lograr.

Todo que hacen ahora nuestros gobiernos a través de los Estados, todo lo que comunican en estos momentos los Medios de Comunicación, la gran oportunidad que tienen las Organizaciones Sociales  para dar ayuda y transformar la realidad, el enorme esfuerzo que esta haciendo de la Industria de la Salud buscando una vacuna “para hoy” y el enorme apoyo que se necesita –como nunca antes- de todos los Actores Financieros, entre muchos otros sectores, son necesarios y determinantes de nuestro futuro. En definitiva pienso que todo lo que hacemos o dejamos de hacer ya sea en la sociedad civil o en la sociedad política, es la clave.

Esto sí que me animo a afirmar que claramente impactará en el futuro. Lo definirá por completo y lo determinará con precisión. Porque sólo así se construye un futuro, desde el tiempo presente y con todo lo que hacemos hoy para proyectarlo.

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Redacción Minuto30

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