Archivo cortesía para ilustrar.

Archivo. Cortesía critica.com

La conmoción se tomó a Sudáfrica después de que se hicieran públicas las fotografías de una bebé de dos días de nacida, que fue lanzada a una alcantarilla de la ciudad de Porth Elizabeth.

La pequeñita estaba completamente desnuda, aún con el cordón umbilical y a dos metros de profundidad llena de hormigas rojas.

El frío, la lluvia y las picaduras de los insectos no fueron suficientes y la bebita, logró ganar la batalla de su vida, como destaca El Clarín.

Lo que pasó

Cornie Viljoen frenó en seco cuando vio a una mujer moviendo los brazos de arriba abajo en busca de ayuda.

Se trataba de Charmaine Keevy, una vecina que, como todas las mañanas solía sacar a pasear a su perrito Georgie, a quien rescató de la calle un año antes.

Sin embargo, ese día no tomó el camino de siempre, como se lo contó al Herald Live:

«​No sé por qué tuve tanta urgencia de salir antes de casa. No esperé ni para ponerme las zapatillas de correr. Tampoco sé por qué fui por otra ruta. Pero sé que estaba destinada a encontrar a esa beba», relató la mujer de 63 años, que  ya es abuela.

«Cuando pasamos por la alcantarilla, Georgi empezó a ladrar insistentemente. Creí que era un gato, porque les tiene miedo, pero después escuché el llanto y supe que ahí abajo había un bebé», agregó.

La mujer comenzó a buscar ayuda: «No sé qué hubiese hecho si este señor (por Viljoen) no frenaba. Muchos autos que pasaron antes –cuenta– no lo hicieron».

Pero el hombre no solo se detuvo, pues hizo palanca con una barra de acero que tenía en elvehículo, levantó la tapa de la alcantarilla y descendió por la bebita.


«Las hormigas rojas me picaban las piernas. La levanté y la acuné en mis brazos como pude«, dijo Viljoen al medio citado.

La menor llegó al hospital Dora Nginzaha, con una infección respiratoria grave y debió ser conectada al respirador artificial.

A pesar de que todavía está en incubadora, ya respira por sus propios medios.

Las fotografías fueron compartidas por el hombre que salvó a la pequeña, con el fin de constatar la crueldad humana.

 

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