Esta es la historia de Vinnie Pyner, un joven de 21 años que comenzó a ingerir bebidas energizantes desde septiembre de 2917, para «calmar» el estrés y la presión que le producían sus clases.

El estudiante de Sistemas en East Kent College del Reino Unido, le contó al Daily Mail que comenzó a tomar tres energizantes al día, uno después de cada comida y luego aumentó la dosis.

“A menudo me sentía cansado y necesitaba desesperadamente las bebidas energéticas”.

El chico contó que para octubre de ese mismo año, ya no compraba las bebidas individuales sino en caja, tomándose así 6 energizantes por día.

“Era como si regularmente tuviera que echarle combustible a esa adicción, y si no lo hacía, sufría síntomas de abstinencia de cafeína, como fuertes dolores musculares y de cabeza“, agregó el joven.

A comienzos de 2018, el chico se percató de que los energizantes le estaban dañando los dientes y le dolían cada vez que iba a comer.

Afirmó que todo se empeoró cuando en marzo de ese año, mordió una manzana y cuatro de sus dientes se partieron.

A pesar de que su mamá estaba preocupada por la adicción, el estudiante no quería revelar la gravedad de su problema.

Según el medio citado, el muchacho le ocultó los dientes a su mamá, pero en un momento ella le pidió que se los dejara ver. En ese momento, ella quedó de una sola pieza.

El estudiante perdió el autoestima y dejó de estudiar a causa de la vergüenza que le causaban sus dientes.

Ahora se someterá a un tratamiento que le costará 2 mil libras, lo que equivale a 8 millones de pesos.


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