Foto de Pixabay para ilustrar la noticia

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Fue el año pasado cuando un hombre sudafricano ingresó a una estación de policía y confesó a los oficiales que estaba «cansado de comer carne humana».

El hecho fue tan terrorífico, que pronto la historia le dio la vuelta al país y al mundo entero.

Nino Mbatha, curandero de tradición, fue encontrado llevando una bolsa con una pierna y una mano humana.

Las autoridades hallaron más restos humanos en una casa en Estcourt, provincia natal del hombre, pero ahora se demostró que no solo estuvo involucrado en actos de canibalismo.

Pues el pasado miércoles se conoció la sentencia que le puso fin al caso, donde condenaron a cadena perpetua a Mbatha de 33 años y a Lungisan Magubane de 32 por homicidio. Un tercero quedó libre.

Mutilar un cadáver y tener un partes humanas son delitos penales, pero no hay una ley directa contra el canibalismo en Sudáfrica.

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