El Papa Francisco ha lanzado una opinión que ha causado revuelo especialmente porque el Pontífice señaló que la oposición estaba dividida, cuestión que ellos mismos han clarificado mediante un comunicado enviado tanto a Su Santidad como al Nuncio. Pero hubo dos comentarios más, por un lado que se necesitan condiciones, pero por otro lado se insiste en un diálogo, ante lo cual aparece la pregunta: ¿en Venezuela se puede dialogar?, ¿hay con quien hacerlo?

Hace pocos días tuve la posibilidad de entrevistar en el programa radial que dirijo, a uno de mis exalumnos quien como venezolano nos explicaba la situación que vive su país. En aquella oportunidad Luis David Caro nos presentó el mapa político y nos contó que hasta hace un tiempo la oposición venezolana estaba dividida, de un lado se tenía un ala, si se quiere radical (pero no violenta), aquella estaba convencida que frente al chavismo y en particular la dictadura de Nicolás Maduro no cabía otra opción que la no violencia, y la desobediencia civil. Bajo lemas como “el que se cansa, pierde” fueron varias veces en protesta a las calles, y de esa lucha Leopoldo López ha quedado como el símbolo que representa esa represión a la que están sometidos, pues está encarcelado desde 2014, en efecto varias organizaciones defensoras de derechos Humanos han pedido constantemente su liberación, sin ningún resultado, pues la dictadura es sorda.

La otra ala de la oposición es la moderada, que quiso insistir en el cambio por las vías institucionales. En 2013 Capriles dio una batalla bastante fuerte ante los resultados que daban ganador a Maduro ya que había irregularidades que no se aclararon. Posteriormente en 2015 esta misma ala moderada de oposición logra tener mayoría en la Asamblea Nacional buscando cambios, ante lo cual Nicolás Maduro expresa que “ganaron los malos” y amenaza con no aceptar las leyes que desde allí se aprobaran… una amenaza que tácitamente se venía cumpliendo, pero que encontró su confirmación pública cuando el Tribunal Supremo de Venezuela asume las funciones legislativas de la Asamblea.

Desde allí la oposición venezolana ha estado unida, simplemente ante el autogolpe de Estado que consagró la dictadura de Maduro comprendieron que era imposible continuar por las vías institucionales, ya que estas estaban cerradas y decidieron ir a las calles, desarmados, marchando, a veces con pancartas, otras veces solo con sus manos en alto… y ya llevan un mes resistiendo un régimen que los ha atacado de todas las formas, las violaciones a Derechos Humanos van desde la imposibilidad de informar de los medios de comunicación tradicionales, hasta lo más cruel, personas que han perdido su vida en las calles.

Ahora bien, ¿el diálogo está cerrado? probablemente no, pero tendrá que darse en escenarios internacionales o al menos con mediación de ellos, porque la máscara de democracia que se tenía por fortuna se cayó. La oposición está unida y abierta a esa posibilidad, Freddy Guevara, primer vicepresidente de la Asamblea, ayer por sus redes sociales destacó como muestra de ello “el haber aprobado la Asamblea Nacional un acuerdo unánime de todas las fuerzas políticas en el que planteábamos claramente cuáles eran las exigencias, y además de las exigencias, la condiciones, como veíamos el diálogo, diciendo algo clave que es que se clausuró el proceso de diálogo que estaba planteado y que nada más (lo que) se plantea en todo caso es la intermediación de países, pero no que nos pongan a nosotros a estar hablando con un régimen que lo que hace es engañar, porque todos sabemos que el diálogo lo utilizan para enfriar la calle, para que ustedes pierdan credibilidad en la oposición y para engañar, cosa que no se puede caer en la trampa dos veces”

Ahora bien, los foros internacionales también merecen una revisión ¿realmente cumplen bien su labor o a veces los “favores” e “intereses” no les dejan ver la realidad?, hay que recordar que la oposición lleva mucho tiempo recorriendo el mundo, pidiendo a gritos ayuda en foros internacionales y ante líderes del mundo, y en más de una ocasión se han encontrado con el silencio cómplice… todo bajo el pretexto de que un país soberano debe solucionar sus problemas solo. Al respecto, sería importante retomar la lógica que se ha usado frente a la violencia doméstica, aquella que resalta que cuando se trata de violación de Derechos Humanos, los vecinos y por supuesto el Estado tienen que intervenir y no pueden excusarse simplemente diciendo que eso es un problema privado de la pareja. Siguiendo la metáfora, el mundo no puede seguir siendo la vecina chismosa que se asoma y se lamenta del maltrato pero ni siquiera avisa a la policía. Por cierto ¿quién será esa policía?, ¿será que los mecanismos actuales, tipo carta democrática, nos ayudarán a frenar a los dictadores?, ¿por qué nuestro mundo parece ser más duro con quienes defienden procesos democráticos que con aquellos que toman las armas?

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Redacción Minuto30

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