Este es un homenaje a todos los estudiantes, docentes y directivos valientes que no se dejaron amilanar por la nueva realidad generada por la pandemia del Covid-19 y le dijeron sí a continuar los procesos académicos de la educación superior mediada por la virtualidad.

En medio de la mayor ola de contagios de Covid-19 en Antioquia, 11.505 casos activos, comenzamos un nuevo semestre académico en las diferentes instituciones de educación superior y aunque no todos los estudiantes tienen las posibilidades tecnológicas para conectarse a las diferentes clases, los docentes, al menos los que conozco, coincidimos en que encontramos en las primeras clases a unos educandos motivados, llenos de ganas de aprender, pero, sobre todo, muy conscientes de la nueva realidad que vivimos en la academia: clases sincrónicas con la bulla de los venteros ambulantes y algunas dificultades de conexión, actividades hechas en casa con la participación activa de familiares y vecinos y la implementación constante de plataformas de teleconferencia para hacer los trabajos en equipo y contactar a otras personas. Sin embargo, están dispuestos a enfrentarla.

A diferencia de los estudiantes de educación básica entre 5 y 15 años, quienes obligatoriamente deben estudiar según el Artículo 67 de la Constitución de Colombia, los estudiantes de la educación superior podían elegir entre suspender sus estudios o continuarlos ante el cierre de las sedes físicas de las instituciones o los problemas económicos por la cuarentena. Sin embargo, aún cuando cientos de instituciones siguen matriculando jóvenes que no renuncian a sus sueños profesionales, confió en que la deserción sea inmensamente inferior al 30 y 50% que calcularon diferentes universidades al finalizar el semestre pasado, porque los estudiantes, repito, entendieron la nueva realidad e, inclusive, son miles los que están aprendiendo habilidades y conocimientos extras de cuenta de la actual contingencia.

Pero también confío en que la deserción sea mínima gracias al esfuerzo de los directivos de universidades públicas y privadas que entendieron la difícil situación económica que afronta el país, con casi un 20% de desempleo según el DANE, y lograron alivios económicos para garantizar que aquellos estudiantes que iban a desertar por falta de recursos o empleo, continuaran. Por eso, un aplauso de pie y un GRACIAS -sí, así en mayúsculas- a aquellas instituciones públicas que lograron la matrícula cero y a las privadas que establecieron descuentos de hasta un 50% en las matrículas de este semestre.

Tras el esfuerzo económico y anímico de los estudiantes y el financiero de las instituciones para darle continuidad a la educación superior, el reto ahora y, nuevamente, es de nosotros los docentes. Contrario al semestre anterior, en el que intempestivamente pasamos de dictar una clase en un aula en presencia de nuestros de estudiantes a hacerlo desde el comedor de nuestras casas a través de un computador con el reto de enfrentarnos por primera vez, muchos, a la educación mediada por la virtualidad con plataformas como Classroom, Meet o Teams; en esta ocasión el reto es otro: motivar y entretener a los estudiantes con clases más dinámicas, apoyadas con recursos digitales y audiovisuales, para que se conecten mentalmente con el conocimiento impartido durante la sesión y no con las múltiples distracciones que tienen en su nuevo entorno académico, que no pasa de ser su habitación, una oficina o un carro.

Debemos entender que ahora, mientras dictamos una clase, competimos contra un televisor, un videojuego, millones de contenidos de la web y el celular, que, paradójicamente, pasó de ser nuestro principal enemigo en las aulas de clases a ser nuestro principal aliado en las clases mediadas por la virtualidad, ya que cientos de estudiantes se conectan por medio de estos dispositivos a sus sesiones académicas. De ahí la necesidad de entender esta nueva realidad en la humilde tarea de acompañar el proceso de formación de miles de estudiantes universitarios.

Así que bienvenido este nuevo y atípico semestre académico en la educación superior, que seguramente estará lleno de nuevos aprendizajes para todos y en el que, desde ya, entendimos que debemos trabajar juntos como comunidad académica para superar este impase de la historia, mientras se garantiza el retorno parcial y total al añorado campus universitario.

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Redacción Minuto30

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