Medellín sigue gestando transformaciones en la urbe, con el impacto social que se requiere para preparar a los habitantes para la cuarta revolución industrial. Es así, como en un hecho lleno de significado, en la Comuna 13, esa que ha sido tan golpeada por la guerra y la violencia se cambió una antigua cárcel por una universidad.

Es así como nace la #C4ta (Ciudadela para la Cuarta Revolución Industrial) que va de la mano con la línea del Valle del Software y que convierte la infraestructura en un equipamiento educativo y de tecnología, dejando atrás lo que por un siglo fue la cárcel de mujeres Buen Pastor para darle apertura a la creatividad, innovación, ciencia y tecnología, en una ciudad que cree en el poder de la educación y las oportunidades para transformar vidas.

El proceso de construcción que venía siendo gestado desde 2014 cuando se compró el terreno, cuenta con 37.500 mts cuadrados de espacio público en los que hay 13 edificios (9 en concreto y 4 en estructura metálica) adaptados para ser el corazón del Valle del Software y en línea con la Ecociudad, amigable con el medio ambiente, pues el 89% de los residuos generados fueron reciclados.

La Comuna 13, es un ejemplo de resiliencia y de transformación, ya habían hecho lo propio desde el arte, la cultura y la memoria histórica. Ahora se ha propuesto que, la apuesta educativa para la consolidación del Valle del Software se haga a través de la educación y capacitación del talento humano, pero además es absolutamente significativo que el primer centro del Valle del Software y la Universidad pensada para ese fin, estén precisamente en ese territorio tan lleno de talento.

La educación es la inversión más valiosa que se puede hacer en el ser humano, es la puerta de las oportunidades y de una mayor calidad de vida para cientos de familias, y sí se hace en un tema que es la potencia actual tiene mucha más importancia en la construcción del tejido social en una ciudad que está en constante evolución y comprometida con la No-Violencia.

Por eso, celebramos que se cambien antiguas cárceles por universidades, que se invierta en educación y que se transforme la infraestructura en oportunidades para seguir construyendo una ciudad en la que, todas las personas puedan construir sus sueños gracias a la apertura universitaria.

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