¡Y volvió la actividad física al Cerro de las Tres Cruces!

Aunque no practico deporte ni me ejercito con regularidad, sí celebro que la cultura de la actividad física se esté reactivando y, con ello, el bienestar, la salud y la economía de miles de ciudadanos. Sólo faltan que autoricen a los gimnasios.

El pasado domingo 22 de marzo del 2020, veía con sorpresa la soledad del Cerro de las Tres Cruces, ubicado en la comuna 16 (Belén) de Medellín. Y no era para menos, pues se había decretado la primera cuarentena departamental y los aficionados a la actividad física, muy juiciosos, se quedaron en sus casas. Fue, tal vez, el primer día en que nadie subió a este importante cerro de la ciudad, a donde llegaron varios agentes de la policía a custodiar el sector.

Un mes y cinco días después, el lunes 27 de abril, con la autorización para realizar actividad física de manera individual, que en el caso de Medellín se dio absurdamente por una hora en la tarde, la ciudadanía comenzó a retornar a este tradicional lugar para aprovechar esa horita de ejercicio al aire libre.

Aunque los ciudadanos respetaron las distancias y protocolos, paradójicamente en la cima del cerro, se juntaron decenas de personas. Sin embargo, me alegró ver a tantos ciudadanos, con sus respectivos tapabocas, felices disfrutando de la corta jornada.

Tres meses después, como vecino del sector, puedo decir que la cotidianidad de la actividad física en el Cerro de las Tres Cruces volvió a su normalidad y se reactivó, especialmente los domingos. Ya es normal ver a cientos de ciudadanos con ropa deportiva, tapabocas y en grupos reducidos de cinco personas caminar hacia este lugar en horas de la mañana; ya es normal ver decenas de carros estacionados al costado oriental de la calle 8, mientras sus propietarios hacen ejercicio; ya es normal ver a varios venteros de frutas, alimentos y bebidas en el sector. Y todo eso está bien, pues se garantiza la salud física, y hasta mental, de muchos y la salud financiera de otros tantos.

No hay que ser médico para saber que la actividad física es buena para la salud, porque es de público conocimiento que hacer ejercicio de manera sistemática contrarresta enfermedades cardiovasculares, de hipertensión arterial o problemas crónicos, como la diabetes; además, combate enfermedades mentales tan comunes por estos días de pandemia, como la depresión y el estrés.

Por eso, es importante que se autorice la práctica deportiva individual en otros espacios, pues no es suficiente con el Cerro de las Tres Cruces, los alrededores de varias unidades deportivas, algunos parques o la vía Las Palmas para los ciclistas aficionados; lugares que, afortunadamente, vienen recuperando sus economías, tanto formal como informal.

Esos otros espacios son los gimnasios y centros de acondicionamiento físico, los cuales deberían abrirse nuevamente, ya que hacen parte de la solución y no del problema para enfrentar el Covid-19, al cual, a fin de cuentas, estamos expuestos hasta cuando salimos al supermercado a comprar provisiones, pues la clave para la sostenibilidad del país es aprender a convivir con el virus y contrarrestarlo con autocuidado.

De hecho, con la eventual reapertura de gimnasios, que ya están listos con los protocolos de bioseguridad y control de aforo para garantizar la protección de sus usuarios, también se ataca otra problemática que está aquejando a millones de colombianos en la actualidad: el desempleo, que, según el DANE, alcanzó un histórico de 21,4% a nivel nacional, ya que se recuperarían miles de empleos directos e indirectos de personas que viven de esta industria en el país.

En definitiva, si ya los ciudadanos están realizando actividad física en lugares abiertos, como en el Cerro de las Tres Cruces o el anillo del estadio en la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, cumpliendo con las medidas de autocuidado, en su mayoría; entonces, que autoricen también la reapertura de los espacios cerrados, como gimnasios y centros de acondicionamiento con los debidos protocolos de bioseguridad, para que los ciudadanos que gozan y se mantienen saludables con el ejercicio físico tengan una mayor oferta y, de paso, se evitarían las aglomeraciones que pueden ocurrir en lugares abiertos y sin control.