Como abogada penalista y defensora de los derechos de las mujeres no me puede dejar de llamar la atención el caso del doble homicidio de Mauricio Leal y su madre, la señora Marleny Hernández, en manos de Jhonier Leal Hernández, hermano e hijo de las víctimas. El hecho volvió a robarse la atención de todos los colombianos esta semana debido a la captura y las audiencias de legalización de captura e imputación que culminaron con una aceptación de cargos y posterior audiencia de medida de aseguramiento, trasmitida  vía streaming en directo, ya que la justicia así lo permite en nuestro país. La audiencia contó con la conexión de miles de colombianos gracias a la atención mediática del caso y la viralización del enlace a la transmisión en redes sociales.

Se conocieron detalles escalofriantes de este cruel doble asesinato. Jhonier Leal Hernández no solo mató a su hermano, sino que, además, mató a su madre. Me asombra, como penalista, que este homicidio no se tratara como feminicidio, faltándole rigidez y contundencia al ente acusador. Mucho se habla del caso de Mauricio y poco se habla del feminicidio. No se tomó en cuenta la condición especial de mujer adulta mayor, es que no solo es la madre de Jhonier, es una mujer que pierde la vida en las manos de un hombre que sabe que puede ejecutar fácilmente el crimen por sus condiciones especiales tanto en el sexo como en la edad, Marleny era una mujer adulta mayor. Por ello mismo se le hizo aún más fácil el traslado del cuerpo hasta la habitación de Mauricio y la acomodación en la cama de este.

Para la Corporación Mujeres Valientes Colombia: «Este fue un acto vilmente preparado y macabramente ejecutado en contra de la humanidad de una mujer». En la audiencia se narran detalles como el cambio de sabanas de la cama de la señora Marleny, cómo se limpia toda la escena del crimen de la habitación de la madre para relacionar los hechos en una misma habitación y culpabilizar al hermano del homicidio de la madre y posterior suicidio; además, se describe que varios elementos como cobijas, sabanas y un archivador son cambiados de lugar, según lo cuenta la encargada del aseo; y se narra un detalle que solo expertos peritos forenses descubren en la carta y es que en ella se ven rastros de guantes de látex.

Otros detalles macabros revelados en las audiencias es cómo Jhonier obliga a su hermano a ingerir nueve pastillas de zopiclona, lo golpea, lo chuza en diferentes partes del cuerpo con el mismo cuchillo que asesina a su madre y lo obliga a escribir una supuesta nota suicida.

Por un error en su plan homicida y al ver que Mauricio no muere con la ingesta de las pastillas y las heridas iniciales, debe ir a buscar otro cuchillo y termina de ejecutar el homicidio de su hermano. Al siguiente día, con la frialdad que ya lo caracteriza, envía mensajes de WhatsApp a su madre y hermano preguntándoles por qué no se han levantado.

Ahora bien, esta penalista, abanderada de los derechos de las mujeres, también es una fiel creyente de la capacidad de emprendimiento de los colombianos y por ello no me quedé solamente con la noticia mediática y con el dolor de ver cómo el feminicidio de Marleny es uno más que pasa inadvertido en nuestro país  y de  ver como otros casos igual de mediáticos no tuvieron la misma celeridad por parte de la Fiscalía General de la Nación y fui más allá. Quise indagar qué ha pasado con los excolaboradores de la peluquería de Mauricio leal, cuántas personas laboraban en esa peluquería y cuántas quedaron en el limbo a causa de la muerte de su director artístico, gerente y empleador. Porque eso era Mauricio Leal. Y me di cuenta de que esta tragedia da para llevarla en una serie para la pantalla chica, relatada tipo American Crime Story.

Existe una historia de emprendimiento y tesón, sus excolaboradores se reunieron y hoy construyen juntos una nueva peluquería, rescatando los valores que aprendieron en su anterior trabajo, en esa peluquería donde laboraron por años y que era donde generaban su sustento de trabajo, esa misma que de un momento a otro cerró sus puertas; esa peluquería donde Mauricio Leal depositó su confianza en ellos y esa que hoy ya desapareció. Estos hombre y mujeres deciden seguir y vivir bajo el concepto: donde brilla uno, pueden brillar todos. Esto sucede cuando se trabaja en equipo.

Yo sí los quiero felicitar y augurarles mucho éxito a Valente Hair Spa Capilar, a Gabriel Murillo, Camilo Hincapié y todo el equipo de trabajo que los acompaña, resaltar la valentía que tuvieron al tomar la decisión de seguir adelante en un momento tan oscuro, tan complejo. Una invitación implícita a los colombianos y ¡Empecemos Ya! hacernos un llamado y preguntarnos qué hay más allá de las historias mediáticas; porque detrás del morbo de la historia del doble homicidio existen otras historias por conocer.

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Redacción Minuto30

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