Pasos lentos pero contundentes podría ser una frase que arrope los avances en materia legislativa y judicial que frente a los animales y al maltrato hacia ellos se han presentando en el territorio Colombiano.

Angustia mucho a los que nos declaramos amantes de la vida, la frecuencia con la cual nos encontramos frente a situaciones donde la dignidad de los animales se ve mancillada: Atropellamientos con dolo sumados a escape y huida del agresor, abandono, aislamiento de animales a lugares no adecuados para ellos sin el respeto a su cinco libertades básicas, zoofilia, agresiones, entre muchas más.

La angustia es generalizada, muchos vemos día a día casos que son susceptible de reporte, en nuestra fundación recibimos muchas denuncias de personas agobiadas ante la realidad de los animales y lo peor es la impotencia que se manifiesta ante las situaciones que estos seres inocentes vive en el día a día.

Siempre hemos dicho que Medellín,  merced de una Bancada animalista presente desde hace una década en el Concejo, ha sido afortunada de poder declararse a la vanguardia en muchas posiciones, normatividades y acciones a favor de los animales.

Esto ha impactado positivamente en la realidad de los animales, pero aún hay mucho por hacer: El maltrato sigue perenne, el abandono se vive en el día a día, la cosificación de los animales es un agravante que afecta el entendimiento de lo que implican las situaciones que van en contravía de la dignidad de estos seres vivos.

En Colombia se dio la anhelada reforma de la Ley 84,  se reforma  en la 1774 de 2016 que entre otras logró brindarles nuevas herramientas a los jueces para contar con un mayor margen de acción en la protección de los animales; en ella se ratificó como punible el maltrato animal y tipificó formas agravadas del maltrato, de igual forma, generó un gran avance para quienes luchamos día a día por los animales y fue otorgarles el carácter de seres sintientes quienes a pesar de hacer parte de los “bienes” en propiedad, obedecen a la necesidad de una protección especial que los ampare.

Sin embargo, persisten las excepciones (situación que genera contradicciones frente a lo emanado por las leyes de protección).   Esta Ley provocó una movilización solidaria en la ciudadanía que se ha venido reflejando en la no permisividad del maltrato expresada en denuncias públicas ante los entes correspondientes y en la era de la virtualidad, ante todos los observantes posibles.

La cascada de denuncias no podría ser ignorada por parte de los entes de vigilancia los cuales debieron modificar no solo sus procesos, sino su propia conciencia en aras de garantizar el cumplimiento de la normatividad y porque no decirlo, un consecuente ético en sus decisiones.

Una de las alternativas esgrimidas frente a la legislación fue la conformación de un grupo dedicado a la judicialización de los casos de maltrato,  a través de la Resolución 1455 de 2019 se constituyó el grupo GELMA (Grupo especial para la lucha contra el maltrato animal) de la Fiscalía General de la Nación como una nueva herramienta que apoya la protección de los animales; Entre sus funciones se encuentran entre otras: Apoyar la investigación y judicialización de los casos de maltrato animal, generar iniciativas para la persecución del maltrato y aportar a las políticas de criminalización entre otras.

Entra a funcionar con 38 fiscales, 38 agentes del CTI y 44 policías, grupo dispuesto a enfrentar todas estas situaciones. Este grupo, se encargará exclusivamente de las denuncias de Maltrato animal y es una alternativa grandiosa para quienes defendemos los animales; según comunicado de la Fiscalía, desde la sanción de la Ley 1774 recibieron 1772 denuncias, razón por la cual el momento histórico amerita la conformación de un grupo de estas características para agilizar todo lo concerniente con ello.

Cabe recordar que las denuncias se reciben en el 123, al igual que en las Unidades de reacción inmediata de la Fiscalía general de la nación (URI).

Este es un gran avance, era necesaria una intervención diferente para los casos de maltrato animal los cuales sólo eran vistos como daño en bien ajeno acorde al código civil colombiano; La categorización de sintientes ameritaba un giro al respecto y con el lanzamiento de GELMA, la justicia Colombiana comienza un periodo de transición hacia el nuevo ordenamiento de pensamiento, social que se entreteje en nuestra realidad. Esperemos que cumplan con los mejores resultados.

Paralelamente a lo que plasmado en estas líneas, recibimos el día anterior la noticia de la no aceptación de la tutela de Habeas Corpus para el oso andino confinado al Zoológico de Barranquilla y que se ha conocido como: Chucho. La Corte Constitucional tenía plazo hasta el 23 de enero para sentar su posición al respecto, la cual entregó ayer en versiones noticiosas (aún estamos en espera de conocer el fallo final)  en las cuales ratificó a los animales como sujetos de protección, más no de derecho.

Aunque el fallo no responde a nuestras expectativas y la intención de otorgarle la posibilidad a Chucho de regresar a una reserva más acorde a sus necesidades de vida, no es un retroceso y se configura como un reto para quienes trabajamos por los animales.

La votación animalista de las pasadas elecciones, demuestra que hay muchos que son su voz, los animales son parte fundamental de nuestra vida en este planeta por lo cual continuaremos en pos de garantizarles los debidos procesos que les generen un situación especial que se defina desde la normatividad vigente.

PS -à

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Redacción Minuto30

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