FOTO: Marca

El partido, de la Champions League, entre el equipo de fútbol Atalanta y el Valencia de España es señalado por varios especialistas como un evento crucial para la propagación del COVID-19 en Bérgamo, Lombardía, la región más crítica de Italia.

El 19 de febrero, se juntaron 45.792 espectadores en el estadio de San Siro de Milán, presenciaron la victoria del equipo italiano 4-1 sobre el Valencia FC. Dos días después Adriano Trevisan, de 78 años, falleció cerca de Pádua. Adriano fue la primera víctima mortal del COVID-19 en Europa.

Días después el periodista Kike Mateu, de España, fue diagnosticado con este mismo virus. Antes, el 13 de febrero, un hombre que vivía cerca a Valencia fue detectado como portador del coronavirus. Esto significó que el virus ya estaba en España, antes del encuentro futbolístico, y creó una relación, para los especialistas, entre los infectados de Bérgamo y Valencia.

«Aquella noche, 40.000 habitantes de Bérgamo fueron a Milán a ver el partido, Se reagruparon en el estadio. Muchos otros lo vieron en sus casas, con la familia, los amigos, en los bares. Está claro que fue un momento de fuerte difusión del virus» dijo el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori. Walter Ricciardi, representante en Italia de la Organización Mundial de la Salud declaró que el partido fue un «acelerador de la propagación del virus».

Luego del partido de vuelta, en España, el Valencia FC anunció el contagio del 35% de sus integrantes. Se señaló a la falta de control durante el evento como el principal factor para el contagio.

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Redacción Minuto30

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