Barack Obama celebra su cumpleaños número 49 este miércoles y activistas a lo largo y ancho de los Estados Unidos están organizando eventos conmemorativos para tratar de movilizar a sus simpatizantes.
Pero ¿tendrán estos esfuerzos algún impacto sobre el bajo índice de aprobación del presidente?
Y es que para Obama la fría mañana de enero de su juramentación como presidente, en medio de una ola de buena voluntad, debe parecer ahora un recuerdo muy lejano.
En ese entonces, más de dos tercios de los estadounidenses tenían una opinión favorable del joven mandatario.
Y nadie hubiera imaginado que, después de 500 días en la presidencia, los analistas llegarían a considerar perjudicial su participación en la campaña de los legisladores demócratas involucrados en las elecciones de medio término de noviembre.
La semana pasada, sin embargo, el candidato al Senado por el estado de Pensilvania, Joe Sestak, dijo que preferiría que Michelle Obama le ayudara en su campaña en lugar de su esposo.
Después de todo, la primera dama es ahora la figura política más populares del país, según un sondeo reciente de la agencia Gallup.
Un escenario que las masas entusiastas que enfrentaron el frío para vitorear al nuevo presidente, en enero pasado, jamás hubieran podido imaginar.
Desaprobación
En las semanas recientes, las encuestas de la agencia Gallup sugieren que los niveles de desaprobación de la presidencia de Obama avanzan a un ritmo más rápido que los de aprobación.
Sus niveles de popularidad, que se han sostenido alrededor del 47% por más de un mes, no han sobrepasado el 50% desde mediados de mayo.
En cambio, su antigua contrincante Demócrata en la carrera presidencial y actual Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha alcanzado un 61% de aprobación, una cifra igualada por su esposo, el ex presidente Bill Clinton.
Solo un 36% de los estadounidenses aprueba la gestión de Obama en la guerra de Afganistán, cifra menor que el 56% que se registraba en julio del año pasado, sugiere la encuesta.
A mediados de julio, una encuesta conjunta de la cadena televisiva CNN y la Opinion Research Corporation encontró que los niveles de aprobación a las políticas económicas de Obama habían alcanzado un nuevo punto bajo, en un 42%.
En otro de los temas significativos que ha distinguido su presidencia, el derrame de petróleo en el Golfo de México, una encuesta de CNN en junio evidenció que el 59% de los encuestados desaprobaba su gestión en el asunto.
Cambio lento
En la medida en que aumentan sus críticos, Obama se muestra a la defensiva, señala la corresponsal de la BBC Washington Katie Connolly.
En dos recientes entrevistas televisivas, el presidente optó por recordar a los televidentes que muchos de los problemas que ha enfrentado durante su presidencia fueron heredados del gobierno anterior.
Pero ese es un argumento al cuál el público parece estar cada vez más inmune, agrega la corresponsal.
«El cambio no ha llegado lo suficientemente rápido para muchos estadounidenses, eso yo lo sé», dijo Obama recientemente, haciendo referencia a uno de los lemas de su campaña electoral.
Pero para Jeff Jones, editor de la agencia encuestadora Gallup, la precipitada caída de su popularidad no es particularmente inusual.
«Creo que es bastante normal si comparas con otros presidentes en este punto de sus cuatro años en la Casa Blanca», dijo Jones a la BBC.
El antecesor de Obama, George W. Bush, tenía en igual período de su mandato altísimos niveles de aprobación dados mayoritariamente por el apoyo de los estadounidenses a la reacción tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001.
Pero los presidentes Clinton, Reagan y Carter estaban todos, al igual que Obama, en el rango del 40% en este punto de sus mandatos.
De hecho Obama los sobrepasó a los tres en el mes de julio.
«Esos presidentes tuvieron algo en común con Obama, y es que cuando comenzaron en sus puestos la economía estaba en crisis», comenta Jones.
«La economía es generalmente uno de esos fuertes vaticinadores de cómo el pueblo evalúa a un presidente», agrega.
«La diferencia con Obama es que cuando asumió la presidencia era mucho más popular que la mayoría de los presidentes anteriores, así que a lo mejor las expectativas eran un poco altas», apunta el directivo de Galluop.
Así y todo, los seguidores del presidente están tratando de usar su cumpleaños para volver a encender el entusiasmo y la energía que caracterizó su campaña presidencial.
Sin embargo, aunque algunos salgan este miércoles a la calle con sus camisetas de Yes, we can (Sí se puede, su eslogan de campaña) otros seguirán desilusionados.
Vía BBC Mundo.