Captura de pantalla

Los comportamientos fuera de lo normal en los animales siempre llaman la atención. Y un caso como el de un lobo marino antártico (Arctophoca gazella) acosando y violando a un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) puede definirse como “fuera de lo normal”, como poco.

Pero si no se trata de un caso aislado, sino de una situación que se repite, pasa a merecer un estudio serio y riguroso. ¿Qué es lo que está ocurriendo en la Antártida para que se dé una situación así? En un artículo reciente se explican tanto los casos, como las posibles causas.

Empezando por los hechos, la situación es la siguiente. En 2006 se observó por primera vez una violación – porque, realmente, no existe otro término – por parte de un lobo marino a un pingüino. El mamífero acosó y montó al ave durante al menos cinco minutos, durante “ataques” intermitentes.

Y aunque sorprendió a los científicos, se quedó en una anécdota. Hasta que pudieron detectar al menos otros tres casos similares. En todos ellos el lobo marino acosa al pingüino – macho o hembra – durante una cantidad de tiempo sorprendente.

Uno de los casos fue aún más extremo. Después de tratar de copular con el ave – o conseguirlo, los científicos no han podido comprobarlo – el mamífero mata y se come al pingüino.

Había que buscar una explicación. Pero claro, el caso no era sencillo. Lo primero que pensaron, y que descartaron inmediatamente, fue que el lobo marino se confundiese. Que tomase al pingüino por una hembra. Si hubiese ocurrido sólo una vez… podría ser.

Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio