De izquierda a derecha: Fernando Carrillo, embajador de Colombia en España; Mariana Garcés, ministra de Cultura de Colombia, y Beatriz Hernanz, directora de Cultura del Instituto Cervantes. Foto: EFE

Un pedazo de la tierra de Aracataca que vio nacer a Gabriel García Márquez un 6 de marzo de 1927 reposa desde hoy en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, como legado póstumo del escritor y periodista.

De izquierda a derecha: Fernando Carrillo, embajador de Colombia en España; Mariana Garcés, ministra de Cultura de Colombia, y Beatriz Hernanz, directora de Cultura del Instituto Cervantes. Foto: EFE

De izquierda a derecha: Fernando Carrillo, embajador de Colombia en España; Mariana Garcés, ministra de Cultura de Colombia, y Beatriz Hernanz, directora de Cultura del Instituto Cervantes. Foto: EFE

La ministra de Cultura de Colombia, Mariana Garcés, ha sido la encargada de depositar una arqueta con la tierra en la caja número 1483 de la antigua cámara acorazada del instituto que difunde y preserva la lengua española en el mundo. «Nada mejor para representar a Colombia», dijo Garcés.

Junto a la tierra se introdujo una placa que recuerda la célebre frase inicial de «Cien años de soledad», aquel «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento…».

El legado de García Márquez permanecerá custodiado bajo llave y por tiempo indefinido en la caja número 1483 de la cámara, un «número mágico», según dijo la directora de Cultura del Cervantes, Beatriz Hernanz, que coincide con el año de nacimiento del pintor Rafael.

Hernanz recordó que el autor de «El amor en tiempos del cólera» o «Crónica de una muerte anunciada» se crió en Aracata junto a su abuelo, el coronel Nicolás Márquez, «del que aprendió la historia alborotada» de Colombia, y su abuela «de quien heredó su manera de fabular».

«Con el tiempo, millones de lectores sucumbieron fascinados ante unas historias que habían tenido en Aracataca y en la abuela Tranquilina la génesis de su creación», señaló. De allí, García Márquez, de cuya muerte se cumplirá un año el próximo 17 de abril, salió hacia Barranquilla y después a Bogotá, pero solía volver al menos dos veces al año, ya que «nunca renunció a la nostalgia» de su tierra, añadió.

La cámara acorazada del Instituto Cervantes sirvió desde el año 1918 y durante varias décadas como depósito de seguridad de distintas entidades bancarias y en 2007 se convirtió en almacén de recuerdos de escritores, compositores, bailarines o científicos que han construido la memoria cultural hispanoamericana. EFE

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Redacción Minuto30

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