«El sexo no es solo cosa de gratificación», me descubrí explicándole a mi esposa, Erin, una noche. «Se trata de superar tus inhibiciones y conquistar miedo y pena, en búsqueda de un placer compartido». Pero aclaro: se lo dije como preámbulo a una lista deseos sexuales que busco llevar a cabo con ella.

fantasias sexo appY es que hemos caído en una rutina, del mismo modo que a veces le sucede a las parejas. Así que consulté a un terapeuta sexual, quien sugirió que este experimento es una manera de sacarnos de esa monotonía. Sea lo que sea, semejante lista no es algo que pueda tocar con ella a la ligera. Debemos tener una «discusión».

Por ello, hice lo que cualquier hombre haría: fui a comprar una buena botella de vino y le cociné una cena elegante con mucha sal para provocar que bebiera más. Pronto la botella se había acabado y nos fuimos al cuarto. Y en ese momento sugerí, tan casualmente como pude, que hiciéramos algunos ajustes eróticos. Y, con eso, nos sentamos, comparamos listas y descorchamos la segunda botella.

Masaje erótico

Erin comenzó: «Necesitamos más masajes», señaló de inmediato. Yo asentí pensativo, pero francamente esperaba que iniciara con algo que involucrara una dominatrix con senos grandes. El masaje, para mi gusto, siempre ha sido una forma dulce, pero exhaustiva, de preludio. «OK», respondí, «seguro». El tono casi petulante de mi voz no fue sutil. «Creo que no captas a lo que me refiero», expresó Erin. Ella me hablaba del mismo modo que si estuviera reprendiendo a nuestros hijos cuando no sacan conclusiones obvias: «Dos palabras: final feliz».

DESARROLLA UN TOQUE MÁGICO

«Pregúntale dónde le gusta recibir el masaje y concéntrate primero en esas zonas», explica la doctora Debbie Herbenick, consejera en materia sexual de Men’s Health. Y luego dirígela hacia tus propias zonas erógenas. «La satisfacción sexual para los hombres, a menudo, está ligada al nivel de contacto afectivo que reciben», dice Herbenick.

Sexo al aire libre

Mi primera sugerencia fue que tuviéramos sexo fuera de la casa. Yo tenía en mente un lugar público, como un parque muy popular. El peligro de que nos descubran, la adrenalina o sentir la brisa en la piel desnuda, ya me lo podía imaginar. Me vi arrastrado a ese escenario, porque nuestras noches especiales, con fecha agendada y el mismo plan, se habían vuelto algo «seguras». Erin no estaba del todo convencida; de hecho, se río. «Ahora que lo pienso nunca lo hice fuera, si no cuentas un automóvil».

¡Buena idea! Sexo en el auto

Esto llevaba directamente a mi sugerencia de respaldo. Yo he tenido mi ración de pasión en el asiento trasero, pero nunca lo había hecho hasta el final. «¿Qué puede ser más excitante que hacerlo en una camioneta?», preguntó Erin. «¿Qué tal hacerlo en una camioneta sin asientos traseros?», respondí. «Ok. Le quitamos los asientos pero tendrías que comprarme un six pack de cervezas para ponerme de ambiente», dijo ella. Bueno, eso ya es un progreso.

PON A PRUEBA SUS LÍMITES

Trata de balancear aventura y seguridad en la primera vez que lo hagan fuera de casa. «Comienza en tu jardín o algún lugar donde tengas el control», comenta la doctora Pepper Schwartz, experta en relaciones y profesora de sociología en la Universidad de Washington.

Juego de rol

Yo requería más especificaciones en la siguiente resolución de Erin, porque ella fue una aficionada de «Calabozos y Dragones» («Dungeons & Dragons») y no hay nada menos sexy que eso. Pero ella tenía listo todo un plan. «Me refiero a que podríamos vestirnos e ir a un lugar al que normalmente no vayamos, como el ballet. Llegaríamos por separado y pretenderíamos que no nos conocemos. Yo llevaría un vestido, pero sin ropa interior. Luego, durante el segundo acto, tendríamos sexo en el baño de mujeres». Yo respondí: «Me gusta todo el concepto, pero, ¿qué te parece si, en vez del ballet, nos vamos a un bar?». Erin lo meditó un momento y me dijo: «Siempre y cuando yo pueda usar mi vestido».

Y, si puedo ser franco, esa respuesta es la clase de cosas que adoro de mi esposa: ella tiene la mejor disposición. Y no solamente eso sino que, contrario a lo que creía, no está en contra de todos los tipos de exhibicionismo. Únicamente se muestra en contra de una excursión sexual por la montaña y eso no es de sorprender si consideras que su idea de «vacaciones extremas» es quedarse en un hotel sin televisión por cable.

EVITA EL JUEGO SUCIO

«Adáptate al azar del juego de rol», dice la doctora Logan Levkoff, sexóloga y autora de How to Get Your Wife to Have Sex With You. «Seleccionen un escenario al azar, ninguno de los dos se verá presionado a escoger una fantasía que no esté dispuesto a revelar».

Cambio de papeles

Hasta este punto, nos habíamos movido a través de los preliminares y terminamos con la mitad de nuestra segunda botella de vino. Así que era momento de sacar un tema que me ponía muy nervioso: el cambio de papeles o «pegging». Alguna vez leí que los hombres podían tener orgasmos realmente intensos con la ayuda de un masaje de próstata. Un acto conocido como «ordeñar la próstata». La reacción de mi mujer no fue del todo reconfortante: «¿Me estás pidiendo que use un consolador con arnés? Porque la idea de pretender que poseo un pene definitivamente entra en la categoría de espantoso para mí». «Estoy de acuerdo», respondí yo. «¿Pero quieres ser penetrado?», me preguntó. «Eso suena demasiado dramático», contesté.

Continuamos discutiendo el tema, de manera casual, durante varios minutos. Se mencionaron consoladores anales, vibradores y opciones de lubricantes. Me agrada la idea francamente por la manera en que va en contra del tabú del hombre heterosexual. Detestaba pensar que un tema de machismo me privaría de un gran orgasmo. Al mismo tiempo, mi hermano es homosexual, así que todo el tema, que llamaremos «juego del trasero», es algo tensionante. Erin podía notar que el tema me ponía ansioso, así que puso su mano en mi mejilla y dijo con calma: «Incluyamos ese punto en la lista y hagamos la anotación de ?proceder con precaución?».

ASEGURA UNA ENTRADA SUAVE

«Ninguna cosa que sea anal es para tomarse a la ligera», asegura Herbenick. «Tu pareja debe ir poco a poco, con el dedo metido en un condón o guante de látex lubricados, y solo cuando el ano esté muy relajado. Es como un masaje». Sugerencia: sé tan generoso como quieras con el lubricante; mientras más uses, mejor.

Sexo tántrico

No fue sorpresa cuando Erin habló sobre esta idea. Ya la había sacado con anterioridad y hasta tenía un libro sobre el tema que, supuestamente, debí leer hace tiempo, aunque solo llegué a las ilustraciones. Pero, bueno, he leído las entrevistas que ha dado Sting al respecto. Sabía de qué trata el tantra: prolongar el sexo en una manera vagamente budista, que sirve para producir un clímax alucinante.

«Cuenta conmigo», le comenté.

«Ok, pero, ¿leíste el libro, verdad?», preguntó Erin.

«Claro», respondí. «Sabes que no todo es sexo». «Por supuesto», dije. «El tema no es centrarse en los orgasmos». «Seguro».

«Habrán sesiones en que todo lo que haremos será respirar juntos».

«Un momento…», dudé.

La discusión que siguió fue tan mala como podrás imaginar. Yo decía cosas como: «¿No podríamos mejor hacerlo en silencio cuando regreses sudada del yoga?». Al parecer, estaba surgiendo un patrón en nuestras resoluciones. Erin se enfocaba en actividades que involucraban una buena cantidad de actividad emocional (a falta de un mejor término). Yo, como hombre, estaba concentrado en renovar nuestro repertorio físico.

FORJA UNA CONEXIÓN

El tantra no solamente consiste en tener orgasmos, sino en establecer una conexión. Schwartz sugiere un movimiento básico: «Mírense uno al otro, vestidos o desvestidos. Coloquen sus manos en el pecho del otro para sentir el latido de su corazón y después traten de sincronizar su respiración».

Yoga sucio

La siguiente sugerencia de Erin me pareció el balance perfecto de nuestras agendas: yoga sucio. Esto involucraría bajar al sótano cuando los niños estuvieran dormidos, desvestirnos, subirle a la temperatura y permitirle al yoga que afloje nuestros músculos e inhibiciones. Mi esposa es una entusiasta de esta disciplina, para ella es casi una práctica espiritual. Muchas veces me ha invitado a que lo practique para aliviar mi rigidez y calmar mis nervios. Como podía ver, Erin trataba de integrar nuestras necesidades que a veces eran dispares. «¿Podemos hacer eso ahora?», pregunté.

ESTIRA TUS LÍMITES

Practicar yoga con algún compañero puede mejorar tu vida sexual. De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, esta disciplina mejora la función sexual en los hombres. Además, algunos investigadores de la Universidad Loyola descubrieron que las parejas que lo ejercen mejoraron la confianza que tienen entre sí.

Un trío

Al alcanzar un momento de conexión erótica genuina con mi mujer, naturalmente era momento de blofear durante mi siguiente turno: así que le pregunté qué le parecería hacer un trío. Sí, era una pregunta estereotipada, pero, ¿qué puedo decir? Es algo en lo que he pensado miles de veces en los últimos años. Erin contestó: «He aquí el problema con un trío; es una fantasía genial, pero en realidad no solo traes otro cuerpo a la cama, sino que vendría una persona completa». «Cierto», respondí con cuidado. «No funcionaría si alguno de los dos conoce a la persona.

Y si es alguien que no conocemos, entonces se vuelve básicamente sexo casual con un extraño», dijo. «Es correcto», contesté con aún más cuidado. Ella sabía exactamente lo que yo estaba pensando y por eso comentó lo siguiente: «Asumo que no tendrías problema en que la tercera persona fuera un hombre…». Yo quería decir: «Claro, no hay problema. Lo que es bueno para ti es bueno para mí», pero no lo hice. En vez de eso, dije «Define ‘problema’…». Mi esposa movió la cabeza de un lado al otro y expresó: «Bien, así que debería ser otra mujer. Honestamente, no creo que pueda soportar verte con otra mujer». «Yo sería feliz con solo verte», afirmé. Erin no me lo creyó ni por error.

Como recordatorio, solo menciono que para ese punto ya habíamos bebido mucho vino. «La única manera en que esto podría funcionar es si fuera una persona del negocio del placer, algo así como una masajista y terapeuta sexual», señaló ella. Y después me platicó de un programa que vio en HBO, en el que una mujer contrató a un trabajador sexual para que estuviera con ella y su esposo. «Era casi como terapia», dijo Erin con un tono melancólico. Luego admitió que el trío también estaba en su lista. Estuve en silencio por un momento largo. «¿Es eso una luz verde?», y finalmente me dije: «Bueno, no es una luz roja».

TOMA LA RUTA DE LOS TRES CAMINOS

«Fija por adelantado las reglas de tu trío», dice Levkoff. «La tercera persona debe ser alguien que le atraiga a ambos, no funcionará si solo una persona está interesada». Pónganse de acuerdo en las cosas que no deberán hacer, así como en una palabra de seguridad con que se terminará todo, si alguien se siente incómodo.

Sexo por la puerta trasera

A manera de epílogo, diré que me encanta todo el cuerpo de mi esposa, pero mis sentimientos hacia su trasero son especialmente tiernos (en serio). Sin embargo, por razones más ligadas a lo bajo de su umbral del dolor, el sexo anal nunca ha figurado en el menú de nuestro repertorio erótico. Y no necesita estarlo. Le dejé esto muy claro al decirle que estaba expresando un deseo y no una expectativa. Tal vez esa sea la clave de todo este ejercicio, porque en verdad cada uno ve la sexualidad desde su propio punto de vista y no solo es por la diferencia de género, la verdad es que todos tenemos distintos temperamentos, gustos y fisiologías. Lo importante que descubrimos Erin y yo es que ambos estamos llenos de deseos sin cumplir.

El hecho de que no los hayamos llevado a cabo, tiene que ver más con el cansancio que con otras cosas. Así que el compromiso real que hicimos fue que, antes de dormir, no íbamos a ver más alternativas adicionales a esta lista, sino más bien a dedicar el tiempo y la energía suficientes para seguir siendo amantes felices. Al día siguiente, por ejemplo, busqué boletos para el ballet y comencé a leer el libro de sexo tántrico. Por su parte, Erin recorrió la red buscando hasta el último detalle del «ordeñado de la próstata», un tema del que se puede encontrar mucha información. Y de mi última petición, Erin no me dio una luz verde franca, «pero es algo de lo que podremos seguir platicando y trabajando», prometió. ¿Trabajando?, y dije por fin agradecido: «Sí, perfecto».

CONOCE TUS LÍMITES

Algunas fantasías deben quedarse como «¿qué tal si…?», pero aun así tienen un lado positivo. «No es importante cumplir con todos los deseos, pero hablar de ellos hace que las parejas se acerquen, compartan algo de ellos y encuentren otras áreas comunes para ambos», señala Herbenick.


Fuente: menshealthlatam.com

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