Militares observan el hotel "Ane Centro", afectado por un sismo en el municipio de Matías Romero, en el estado mexicano de Oaxaca (México). EFE
Militares observan el hotel "Ane Centro", afectado por un sismo en el municipio de Matías Romero, en el estado mexicano de Oaxaca (México). EFE
Militares observan el hotel "Ane Centro", afectado por un sismo en el municipio de Matías Romero, en el estado mexicano de Oaxaca (México). EFE

Militares observan el hotel «Ane Centro», afectado por un sismo en el municipio de Matías Romero, en el estado mexicano de Oaxaca (México). EFE

Más de dos años llevan investigando expertos mexicanos y japoneses en la denominada Brecha de Guerrero, ubicada entre las localidades de Papanoa y Acapulco la posibilidad de un evento sísmico de gran magnitud.

Los estudios se enfocan en la prevención de las posibles consecuencias devastadoras de un ‘Megaterremoto’. Su plan es instalar la primera red de observación sismo-geodésica del país latinoamericano.

Esperan que permita conocer ya desde comienzos de 2018 qué está ocurriendo en esta zona.

A falta de datos sismológicos exactos, los científicos anticipan dos posibilidades:

La primera hipótesis advierte de la posibilidad de que se registre un megaterremoto de magnitud superior a 8,2, en caso de que la tensión acumulada por dos placas se suelte en cuestión de segundos, explicó en una entrevista a RT la geóloga Irene Pérez, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPreS) de Argentina.

El segundo pronóstico aventura un «deslizamiento asísmico» en esta zona, que permitirá relajar la misma tensión pero en el transcurso de dos o tres meses sin generar sismos, según explicó a ‘Crónica’ Miguel Ángel Santoyo, otro sismólogo del IGf.

Con información de RT

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Redacción Minuto30

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