¿Prohibido silbar?

Querer tapar el sol con las manos es una acción tan estúpida como intentar vaciar el mar con un dedal.

Algunos muy enmermelados y pendencieros “amiguitos” o “sobrinos” como se conocen algunas amistades no muy santas, se empecinan en desvirtuar y minimizar el estado de rechazo que se acrecienta día a día contra los que quieren meter a este país en una vorágine revolucionaria de izquierda. Esos 20 o 30 gatos se multiplican exponencialmente cada minuto. A esos gatos no les da risa y protestarán con vehemencia por el abandono en el que mantienen a nuestros soldados y por esas prácticas corruptas entronizadas por el chiflado mayor. Eso gatos son suficientes para acabar con esa peste de roedores empegotados y saturados de ese dulce envilecedor.

Es claro que ellos no estarán dentro del vórtice porque serán los afortunados que se sentarán a disfrutar de todas las prebendas que mantienen los líderes y sus camarillas usuales en estos regímenes corruptos y totalitarios. No tengo noticias de un dictador pobre, como tampoco las tengo de la pobreza de alguno de sus cercanos.

Los abucheos no son nada diferente a una solicitud muy directa y a un mensaje claro: No queremos que este señor siga con esas charlas insulsas con unos narcoterroristas, mientras no se pongan unas condiciones serias para que durante esas tertulias, se cumplan el cese el fuego por parte de ellos, la concentración en zonas verificables para que fuerzas internacionales los controlen y nos protejan de sus desmanes.

Esa obsesión enfermiza que lo mantiene en un mundo irreal, no es conveniente para regir los destinos de una nación como la nuestra, habitada por personas inteligentes y libres, que perciben con terror como vamos para un abismo insondable en donde los derechos y las libertades se verán coartadas por unos facinerosos cuya única ideología es su propio beneficio.

Los líderes requieren la confianza de sus liderados y cuando se pierde esa confianza empiezan a rechazarlo cada que pueden. El temple moral y espiritual son condiciones ineludibles para que un dirigente sea acatado y bien recibido por sus compatriotas. No he visto ninguna de esas cualidades en quienes ahora pretenden ser los guías.

El peor enemigo que ellos tienen es esa ambición desmedida con la que han llenado sus bolsillos. Sus valores son indirectamente proporcionales a las maneras de conseguir el dinero que atesoran. Mientras más corruptos menos valores tutelares.

Eso de los abucheos se generalizará a medida que los mismos gobernantes los prohíban. Es contraproducente y muy alejado de la realidad. Si hay algo muy llamativo es aquello prohibido. Según la Biblia, ese fue el inicio de todas nuestras penurias humanas, el fruto prohibido, vienen ahora algunos muy soba sacos alcaldes a expedir decretos que impiden la reunión de los ciudadanos para manifestar su rechazo a la totalidad del gobierno que preside el señor Santos.

Chiflan al Presidente, a los ministros y si se descuidan también chiflaran a los alcaldes vendidos a una administración central que antes que nada quiere mantener unas conversaciones que demuestran el nivel de arrodillamiento del estado, en manos de esta administración, a unos asesinos aterradores, cuya naturaleza es esa. Ellos no saben vivir en forma diferente se comportan como el alacrán cuando lo trasporta la rana.