El Presidente de la Confederación General de Trabajadores, CGT, Julio Roberto Gómez, considera que los empleados y obreros colombianos no han crecido ni mejorado en sus condiciones como lo proclama el gobierno.

Por Edgar Artunduaga

“Seguimos demandando trabajo decente para una vida digna; le decimos no a la tercerización laboral; exigimos respeto para todos los sectores de trabajadores del campo, de la ciudad, del sector formal, del sector informal, de quienes están en la economía del rebusque. Y demandamos del Gobierno Nacional, políticas que permitan irrigar recursos hacia toda la población”.

Gómez piensa que la bonanza que estamos viviendo en materia petrolera y minera no tiene efectos en la calidad de vida de la población.

En su opinión, la clase obrera está pidiendo un trabajo decente y lamentó que sigan creciendo la precariedad laboral, la tercerización, el desorden de prestaciones de servicios, el contrato de corta duración, el contrato basura, condiciones inaceptables.

“De ahí viene la importancia de que esto se resuelva positivamente por la vía de un modelo de desarrollo totalmente distinto, que la gente tenga acceso a trabajo decente, al derecho a la negociación, al sindicato, que cada vez el sindicalismo sea uno de los bastiones fundamentales de la democracia en Colombia.

Las leyes aprobadas en el gobierno de Uribe condujeron –en su criterio- a la precarización de las convenciones de trabajo; la jornada laboral diurna se extendió hasta las 10 de la noche y la liquidación de dominicales y festivos se hizo de una manera distinta.

“Los resultados en materia de empleo, no sirven. Es decir, las leyes aprobadas no traían consigo los ríos de leche y miel que se anunciaban. Deben ser revertidas porque no lograron los objetivos”.

El dirigente sindical comenta que el Presidente Santos informó que la tasa de desempleo había llegado a un dígito. Si esto fuera cierto, señala, habría que revertir las leyes mencionadas porque uno de los acuerdos era precisamente que si la tasa de desempleo llegaba a un solo dígito, automáticamente volvíamos al estado anterior”.

Se lo han comentado al Presidente, “pero por ese lado no oyen nada”.

¿Cómo le ha ido a los trabajadores colombianos con el Ministro Rafael Pardo?

Yo creo que el Doctor Rafael Pardo es  un demócrata, viene haciendo los esfuerzos por hacer las cosas bien, pero a estas alturas del partido, queremos decirle que no todo se puede quedar en buenas intenciones, que empiece por casa (el aparato estatal) a desmontar la tercerización de los empleos.

Le estamos pidiendo al gobierno y al Ministro que pasen del discurso a la práctica, “si realmente queremos tener una Colombia distinta, porque no basta con grandes anuncios en letras de molde, que se está trabajando por la gente más pobre, que se le va a entregar vivienda a los sectores más empobrecidos, que todo se va a resolver, pero en términos prácticos vemos cómo continúa el trabajo de los mismos, cómo la situación para la mayoría de los trabajadores es cada vez más caótica, la informalización de la economía es muy impactante y en general la situación es bastante compleja”.

“Yo diría que estamos muy lejos de lograr los objetivos que nos hemos propuesto desde las filas del sindicalismo y desde los anuncios gubernamentales, sobre el desarrollo de una sociedad mucho más justa e igualitaria”.

Gómez dijo que el Gobierno y la Fiscalía prometieron acelerar la búsqueda de los criminales que asesinaron a varios sindicales, pero con el tiempo han bajado la guardia: “El gran problema que tenemos con éste y todos los gobiernos es que se suscribe un acuerdo y posteriormente no se vuelve a saber del asunto, no hay ninguna información. Desde la época del propio Presidente Samper había que hacer un paro para firmar un acuerdo y luego hacer otro paro para que se cumpliera”.

¿Hemos mejorado en Colombia en la protección de los sindicalistas y de los líderes obreros?

Hay avances. Uno no puede tapar el sol con las manos. Hay avances y el asunto es que ha disminuido el fenómeno del asesinato de sindicalistas. Pero la situación no se puede medir en términos de estadísticas. Nosotros consideramos que aquí nadie puede darse por satisfecho, hasta tanto la cifra sea cero número de sindicalistas víctimas del asesinato o del desplazamiento.

¿Cómo le va a los sindicalistas en Venezuela?

En Venezuela, el movimiento sindical ha venido siendo víctima de una situación de persecución por parte del Gobierno de Chávez. Eso hay que saberlo. Se quejan del desconocimiento por parte del Gobierno, en torno a los derechos de los trabajadores y a los derechos sindicales.

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Redacción Minuto30

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