Por primera vez en Argentina, videntes y obras vivas abren la temporada del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y juegan con el asombro y la confusión del espectador hasta hacerlo creer que es parte de la puesta.

Fotografía sin fecha cedida hoy, lunes 23 de marzo de 2015, por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) de la obra ' VI sesión en el parlamento' del artista argentino Osías Yanov. EFE

Fotografía sin fecha cedida hoy, lunes 23 de marzo de 2015, por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) de la obra ‘ VI sesión en el parlamento’ del artista argentino Osías Yanov. EFE

«Se trata de hacer una obra en las bambalinas, en vez de en el escenario, y el cuerpo es el protagonista», explicó el español Agustín Pérez Rubio sobre «Experiencia infinita», la más grande de las tres exposiciones con las que inaugura su gestión como director artístico del museo.

«¿Cómo? ¿La muestra no estaba inaugurada?», se extraña un visitante en medio de una sala donde un cartel avisa «Pintura fresca» y dos pintores, pertrechados con botes y un andamio, repasan el blanco de las paredes en el segundo piso del Malba.

En el segundo recinto, dos videntes hablan de vibraciones y ofrecen compartir qué sienten sobre las energías que circulan por el lugar, dando sentido a «insertos en tiempo real», de la española Dora García.

«Crearemos un archivo con experiencias vividas acá, ya que el arte expande conciencia», cuenta Elena, una de las videntes, ante un visitante que vuelve la cabeza para ver a un hombre con un libro luminoso pegado a su cara acaba de irrumpir en la sala.

«Es una obra viva de acción infinita, donde se descomponen los conceptos de tiempo y trabajo; uno nunca piensa cuántas veces pasa por un sitio, cuánto tarda o cuánto tiempo lleva esa señorita sentada ahí, esperando que la gente venga», comenta Pérez Rubio.

Un nuevo espacio y tras ver a un hombre pendiente de hilos, alguien aplaude; otro canta, un tercero pregunta la hora y este cúmulo de situaciones consagran a «Disculpá, ¿vos sos parte de la muestra?» como la pregunta más escuchada por los pasillos del museo.

«Podría sacarme los zapatos y alguien pensaría que soy parte de la instalación, yo dudo si hasta la parejita que se saca un selfi en el ascensor también lo es», comenta Ana, una porteña que se acercó al museo, antes de salir por la «puerta giratoria humana» que tiene enfrente.

Los artistas detrás de estas instalaciones, la mayoría por primera vez en Argentina, son la estadounidense Jennifer Allora, el cubano Guillermo Calzadilla, el danés Michael Elmgreen, el noruego Ingar Dragset, el francés Pierre Huyghe, el eslovaco Roman Ondák y los argentinos Judi Werthein y Diego Bianchi.

Como parte de la misma muestra, en la salida, un narrador recita poesía y alguien del museo advierte que todavía falta el arte del artista inglés Tino Sehgal, pero a ese «hay que encontrarlo solo», hasta toparse con un personaje «inesperado» que proclame ser su obra.

Fotografía cedida hoy, por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) de la obra 'Madre con hijo', de 1944, de la fotógrafa alemana naturalizada argentina Annemarie-Heinrich. EFE

Fotografía cedida hoy, por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) de la obra ‘Madre con hijo’, de 1944, de la fotógrafa alemana naturalizada argentina Annemarie-Heinrich. EFE

Una sala contigua invita a correr un telón y meterse en otro mundo relativo a los cuerpos, esta vez, retratados entre los años 1930 y 1959 por la fotógrafa alemana naturalizada argentina, Annemarie Heinrich.

«Se ve el cuerpo de la mujer y el deseo de Annemarie como artista moderna, desprejuiciada», comenta Pérez Rubio como comisario de la muestra, junto con Victoria Giraudo, de «Intenciones secretas».

El recorrido continúa con la obra del joven artista argentino Osías Yanov, que puede verse en vídeo todos los días o en vivo cada jueves, donde unos seres vestidos de traje violeta metálico bailan y se prenden y desprenden como engranajes de una máquina.

«Osías trabaja con prototipos relativos al estudio del cuerpo de la gente joven y de la erótica del baile», explica Pérez Rubio sobre «VI Sesión en el Parlamento», la pieza coreográfica comisariada por Laeticia Mello.

Aún con todos los espacios recorridos, un visitante merodea todavía extrañado por los rincones del Malba y asegura ser seguido -o perseguido- por las miradas de quienes se preguntan si él también será parte de la muestra. Buenos Aires, 23 mar (EFE)

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