El mundo vive una época de grandes tensiones entre el desbordado crecimiento demográfico y físico de sus centros urbanos, y la necesidad de un desarrollo sostenible en el largo plazo. Es necesario entender la fuerza de los tiempos y los desafíos que llegan con el crecimiento de los centros urbanos. Actualmente más del 50% de la población del planeta vive en ciudades, y para el 2030, latinoamérica tendrá más del 85% de su población viviendo en urbes (según proyecciones de la ONU en el 2050 esa cifra llegará al 90%.) Es indiscutible que el desarrollo planetario está en los centros urbanos, pues allí se genera el 80% del PIB global.

Sebastián Trujillo

Medellín, como casi todas las ciudades latinoamericanas, está desborda desde los años setenta en su infraestructura por fenómenos de migraciones, desplazamientos y urbanizaciones ilegales. Juan Luis Mejía, lo expresa así: “En Medellín ha habido un proceso tan grande de transformación que las fotos en seis meses ya están viejas”. Aunque la dinámica en construcción de la ciudad genera un importante desarrollo económico, no es un secreto que con los años tendrá que disminuir y buscar consolidar otras “ciudades-región” que distribuyan la concentración urbana en otros lugares del departamento y no sólo en el estrecho Valle de Aburrá.

Para ilustrar hay que contextualizar nuestra región: en el Valle de Aburrá hay 0.48 m2 de espacio público por habitante, cuando el estándar internacional está definido en 15 m2 por cada habitante. La cifra es similar en otras ciudades colombianas y latinoamericanas.

Fabián Beethoven Zuleta docente y director de la Escuela de Hábitat de la Universidad Nacional, -sede Medellín-, considera algunos elementos necesarios para que una ciudad pueda considerarse sostenible: “Consume poca energía, tiene bien distribuida su población en pequeños poblados interconectados por vías férreas o fluviales, incluyendo tranvías, tiene una bien organizada vida cultural, no obsesiva ni intensiva, y dispone de paisajes saludables; además de haber recuperado la conectividad con los sistemas naturales”.

¿Qué se está haciendo en el Área Metropolitana en este sentido?

No hay soluciones únicas, ni modelos establecidos de desarrollo e innovación. “Una idea política nefasta es la que cree que con una receta una sociedad puede ser perfecta”, dice Marçal Sintes, director del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, en una charla en Medellín hace un par de años.

Hoy es una necesidad identificar las mayores problemáticas de cada territorio urbano, y plantear por parte del sector público, la empresa privada y la sociedad civil, alternativas al modelo clásico de desarrollo expansionista del suelo; buscando densificar corredores estratégicos (ríos y autopistas), redensificación de municipios estratégicos (Caldas, Copacabana, Andes, Turbo, Apartado, Necoclí, Puerto Trunfo, Rionegro, Guarne, Caucasia) e inversión en conectividad física y tecnológica.

A través de foros y diálogos iberoamericanos se han planteado algunos puntos convergentes para trabajar, tomando como base las características propias de cada ciudad, su identidad cultural y sus referencias simbólicas. Los temas para hablar de los retos urbanos están entre aspectos como ciudadanía cultural, espacio público, uso de nuevas tecnologías, y el desarrollo de experiencias “creativas”, para el mejor aprovechamiento del espacio y el territorio. @BaldomeroPessoa

 

[Nuevas ciudades: espacio público, ciudadanía cultural, apropiación de tecnologías y experiencias creativas, tendrá cuatro entregas en Minuto30.com]
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Redacción Minuto30

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