El reloj no superaba las 4 de la tarde cuando un carro pasó fugáz frente a la mirada atónita de los nariñenses que estaban a esa hora en el Parque. Mientras tanto, en los alrededores del pueblo hombres armados y vestidos de camuflado desfilaban por docenas. ¿Qué pasa? Se preguntaban los incautos pobladores; la respuesta llegó a los pocos segundos cuando el rápido carro se estrelló contra el comando de policía e hizo explosión. Desde ese momento los disparos y detonaciones no cesaron hasta después de 45 horas.

Foto: noticiasorienteantioqueno

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Lo anterior no corresponde a una película de acción ni mucho menos es un libreto para una narco novela. Aquí se habla de la realidad, la cruda realidad que los habitantes de Nariño vivieron entre el 30 de julio y el primero de agosto de 1999; hoy, 15 años después, en esta población del Suroriente Antioqueño muchos parecen haberse sobrepuesto al dolor que les produjo el accionar del frente 47 de las Farc, al mando de alias “Karina”, durante y después de la toma subversiva.

“A mi la guerrilla me mató a un hijo y el día de la toma mucha gente que conocía también murió. Eso fue horrible, todos se encerraron en sus casas y sólo se oían las explosiones, mientras las balas silbaban por encima de los techos. Yo miraba por las rendijas de la puerta y sólo veía pasar guerrilla. Hubo algunos que se movilizaban en la ambulancia” dijo a INFORIENTE una nariñense que, 15 años más tarde, aún siente miedo de revelar su nombre.

Producto de los dos días y medio que duró la toma por parte de al menos 500 guerrilleros de las Farc, el 80% del municipio quedó destruido, a causa de los cilindros bomba y de los morteros descargados por los helicópteros del Ejército; 7 civiles murieron víctimas de las balas perdidas, 8 policías perdieron la vida mientras resistían el ataque, y otros 9 uniformados fueron secuestrados.

Lo anterior partió en dos la historia de Nariño. Si bien en el año 1996 ya había sufrido una primera toma guerrillera, no había sido tan destructiva y letal como la de 1999, pues los hijos del denominado “Balcón Verde de Antioquia” jamás pensaron que ese apenas era el inicio de una larga temporada bajo el yugo de las Farc.

Foto: noticiasorienteantioqueno

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“Esa gente vino, destruyó el pueblo y se fueron. A las pocas semanas Andrés Pastrana ordenó que se despejaran varios municipios y ahí cayó Nariño. No había pasado un día de haberse retirado el Ejército y la Policía cuando ya la guerrillera había regresado, y aquí se aplastaron por más de un año. Nos reunieron en el coliseo y nos dijeron que ellos eran la nueva autoridad; eso fue el colmo, no sólo nos volvieron mierda sino que hubo que vivir con ellos bajo sus órdenes. Aquí mataron, secuestraron y empobrecieron aún más el pueblo” relata un habitante del barrio Villa Nueva.

Superar sí, olvidar no

Transcurría el año 2000 cuando cansados de tanto agravio los Nariñenses se congregaron en una Asamblea Municipal Constituyente y exigieron a la guerrilla “respetar los derechos civiles de los habitantes”. Posterior a ésto, en una decisión conjunta del Gobierno Nacional y la Fuerza Pública se decide recuperar varios territorios, entre ellos Nariño.

Desde entonces, Nariño y sus habitantes han hecho “de tripas corazón” para reponerse a lo vivido. “No ha sido fácil. El pueblo quedó aporreado y desmoralizado pero lo hemos ido logrando. Hoy Nariño es otro” dice otro de los pobladores.

De los 18 mil habitantes que tenía Nariño, durante la época del conflicto sólo quedaron 8 mil; hoy se cree que hay unos 14 mil según el último censo, lo cual supone un retorno paulatino de sus habitantes, y con ellos el fortalecimiento de la agricultura y los procesos sociales.

karina

Alias Karina

Hace poco, cuando se supo que la Justicia Colombiana condenaba a 40 años a los responsables directos de la toma guerrillera en Nariño, entre ellos a alias “Karina” y a alias “Rojas”, la ciudadanía de este municipio agrícola del Oriente, empotrado en las montañas de la Cordillera Central, sintieron lo que ellos llaman “un fresquito”, aunque la expresión generalizada frente al tema es que “se supera, pero no se olvida”.

Además del retorno de los que algún día se fueron y del fortalecimiento de la economía local a través de productos como la panela y la caña, los nariñenses cuentan con el 80% de su vía pavimentada, lo cual ha impulsado el turismo en la región y el aumento de sitios de recreo.

Entre las principales necesidades sociales del municipio se destacan terminar de pavimentar la vía que los comunica con Medellín, fortalecer el agro, la educación, el empleo y la vivienda; y crear políticas públicas que permitan controlar otro fenómeno que se les avecina con las problemáticas que ello acarrea: la minería aurífera.

(VER VIDEO. En el 2009, cuando se cumplía una década de la toma guerrillera en Nariño, el actual subdirector de Inforiente e hijo de ese municipio, realizó para el canal regional Teleantioquia un reportaje sobre lo que ha sido el proceso de reconstrucción física y social del municipio).


Fuente: Inforiente | Óscar Morales Orozco

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