Villavicencio es una regional que empieza a crecer y consolidarse. Lo dice su nueva sede, pero también, el testimonio de la mejor atención. Los esposos Preciado Ducon nos cuentan cómo llegaron a pensar que no serían padres y hoy tienen tres hijos, gracias a los especialistas de MedPlus.

Héctor Preciado y Deiny Ducon tenían una casa grande, pero vacía. La habían comprado antes de casarse, porque tuvieron tiempo para organizarse durante sus seis años de noviazgo. Y seis meses después del matrimonio, aún sentían que les sobraba espacio, que a los cuartos vacíos les faltaba vida. Entonces, decidieron ser padres.

Pero esa primera ilusión terminó en una pérdida que llegó, incluso, a acabar con la motivación. Y justo con ese primer desencanto también llegó un cambio. Los dos son ingenieros civiles y estaban acostumbrados a vivir separados mientras cada uno trabajaba en diferentes regiones del país. Pero ahora, como esposos, las mudanzas eran a otro precio. Deiny y Héctor llegaron juntos a Villavicencio por un cambio en el trabajo de él. Aterrizaron con los ánimos bajos, pero con la esperanza de realizar su deseo de convertirse en padres.

Sin embargo, Deiny no quería continuar afiliada a su empresa de medicina prepagada y fue su esposo el que la convenció de hacerlo, preocupado porque ella tuviera la mejor atención si quedaba embarazada. Fue así como salieron de su anterior empresa y se afiliaron a MedPlus al llegar a la capital del Meta. Desde el principio Deiny supo que había sido muy importante el cambio para sus propósitos.

Llegaron a las manos del doctor Víctor Navarro, ginecólogo experto en fertilidad, al que acuden las parejas interesadas en ser padres y que aún no lo han logrado. El primer paso fue hacerles exámenes, para determinar su estado de salud. Allí fue cuando se dieron cuenta de que Deiny tenía un problema con su tiroides que debía ser controlado y que posiblemente fue el causante de la pérdida del primer embarazo.

Entonces, el especialista le formuló a esta pareja la mejor medicina: descanso, tranquilidad, relajación. “¿Tienen piscina en su casa?”, les preguntó. “Entonces disfrútenla”. Y con la recomendación hecha y la formulación de unas vitaminas, pasó solo un mes para que la prueba de embarazo saliera positiva.

familia med plus

Entonces, llegó Samuel, recuerda Héctor, a quien bautizaron así porque su nombre significa “regalo de Dios”. “Deiny llegó a Bogotá a un chequeo médico en la Clínica de la Mujer a los 8 meses de gestación. El médico se dio cuenta de que había poco líquido amniótico y decidió que Samuel debía nacer de inmediato.

Nos atendieron maravillosamente, dándonos siempre tranquilidad. El servicio fue impecable, incluso atienden a las mamás, porque las peinan y las maquillan mientras ellas se ocupan de su bebé”, recuerda Héctor.

Pero esa preocupación por tener una casa grande y vacía pronto dejó de serlo, pues a los 10 meses de vida de Samuel vino un nuevo embarazo. Y no solo un bebé, sino que la felicidad vino doble, pues su embarazo era gemelar. Así es como ahora, esta pareja que llegó a sufrir por la posibilidad de no ser padres, tiene a tres chiquitos en casa.

“Uno tiene que tener fe y confianza, -dice Héctor-. Fe en Dios y confianza en los médicos,

porque nosotros seguíamos al pie de la letra las recomendaciones que nos hacían”.

“Hoy la casa está llena de sus juguetes. Los dos estamos dedicados a ellos. Verlos dormir y respirar y saber que son seres indefensos que solo dependen de nosotros, sus papás, es hermoso”, puntualiza Héctor


Fuente: Revista MedPlus
ED 90
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