A pesar de que los hombres no tienen una edad límite para reproducirse, al igual que las mujeres, sus hijos podrían presentar mayores enfermedades o malformaciones por cuenta de su madurez.

Aunque se sabe que a mayor edad de la mujer, más riesgos implica la maternidad, lo cierto es que el hombre maduro también debe asumir algunas dificultades si decide ser padre.

El genetista Luis Arturo Lizcano asegura que una mayor edad en el hombre podría generar en sus hijos “patologías diversas como malformaciones, retardo mental, enfermedades evidentes al momento del nacimiento o luego de muchos años”, explica. Sin embargo, a pesar de que el rango de las alteraciones es más amplio que en el caso de las madres maduras, estas no son tan evidentes socialmente; por ejemplo existe la hemofilia (problema de coagulación de la sangre), una mutación que es transmitida por un hombre a su hija mujer, para convertirla en portadora del gen de la hemofilia, que solo se manifestará cuando ella tenga un hijo varón y él la desarrolle.

El doctor Lizcano explica así la situación: “El material genético es como una enciclopedia con varios tomos. El daño en las mujeres consiste en que hay un tomo extra; pero en el caso de los hombres, cada tomo en su interior tiene capítulos, párrafos, letras. La mutación no afecta todo el tomo, sino letras en párrafo o capítulos. Entonces son muchas enfermedades distintas las que podrían tener sus hijos”.

¿Y los 35?

El problema de tener hijos a avanzada edad, explica el doctor Lizcano, radica en que cuando se forma el gameto (la unión del óvulo y del espermatozoide), el material genético no se separa adecuadamente y puede haber excesos o carencias de este. Por ejemplo, el Síndrome de Down ocurre cuando el cromosoma 21 se copia dos veces. “Una mujer de 18 años tiene una probabilidad en 1200, de ser madre de un hijo con Síndrome de Down; a los 30 es de 1 entre 1000, a los 40 años el riesgo es de uno entre 100 nacimientos. A los 42 años, entre 60 y a los 49, entre 12”.

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Standford, en San Francisco California, de profesores expertos en población, determinó que una de las razones por la que los hombres pueden reproducirse a mayor edad, es para permitir que la población tenga tasas de crecimiento más amplias. Según observó la investigación, “en muchas sociedades, los hombres son entre 5 y 15 años mayores que sus parejas. Las diferencias de edades varían con la cultura, pero es un patrón universal que en los matrimonios típicos los hombres sean más viejos que las mujeres”.

A los 35 años, según han determinado expertos en reproducción, la cantidad y calidad de los óvulos empieza a descender.

Por eso, es probable que una mujer deba esperar más tiempo para quedar embarazada, frente a una de menor edad. Y aunque las técnicas de reproducción asistida le dan una mano a las parejas en esta situación, por el riesgo de las mutaciones genéticas es probable que se le aconseje acudir a óvulos o espermatozoides donados de personas más jóvenes, después de determinada edad, como los 40 años.

med plus maternidadPero los estudios han determinado que la calidad de las células no solo se ve alterada en las mujeres. Los espermatozoides también cambian. En el 2011 se conoció una investigación realizada con mil pacientes por el Instituto de Investigación de Paternidad Planificada de Shangai, en el que se encontró que comparados con los hombres de 20 a 29 años, los mayores de 35 tenían menos espermatozoides que podían impulsarse solos y solo el 65 por ciento estaban vivos. Los hombres más jóvenes tenían vivos el 75 por ciento. Esto implica que lograr un embarazo puede tardarles más tiempo, sin importar la edad de la mujer.

Pero a pesar de los avances y los límites de la ciencia, los médicos dejan al fuero de la pareja el deseo de ser padres, después de darles a conocer los riesgos. Sin embargo, sí existen límites de edad para aplicarlos  “Si en el consultorio se le dice a una mujer que a los 40 tiene mayores riesgos de tener un hijo con Síndrome de Down, ella lo puede tomar de dos maneras: piensa que su hijo tiene el 90 por ciento de posibilidades de nacer sano, o podría pensar que su riesgo es mayor que unos años atrás y decide no tenerlo”, explica el genetista.


Fuente: Revista MedPlus
ED 81

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