Al buscar en Facebook palabras relacionadas con el licor como cerveza, aguardiente, o ron, fácilmente encontrará más de 2000 grupos que tienen que ver con el tema y nombres como “si la vida fuera aguardiente me la tomaría muy en serio” o “adictos a la cerveza”. Todos estos grupos le rinden un homenaje a estas sustancias y hacen alarde de los efectos secundarios del consumo del alcohol.

Y es que el alcohol es parte de la cultura de los jóvenes, es socialmente aceptado, es legal y aunque está prohibida su venta a menores de edad, todos tienen acceso a el, lo que hace inevitable que los adolescentes lo consuman.

Si de razones se trata…

Federico es un adolescente de 14 años, fuma, toma y se emborracha desde hace un año, pero el “trago” lo probo con sus amigos hace 4, pues sentía curiosidad al ver que en las reuniones familiares, tanto sus padres como sus tíos y primos celebraban con alcohol.

Esta es una de las razones para iniciarse en la bebida, pero no es la única, hacerlo por imitación, por sentirse mayor y ser aceptado también son causantes de que los jóvenes cada vez empiecen a tomar a temprana edad.

Los jóvenes están empezando a tomar desde los 10 años y con lo primero que empiezan es con una cerveza, en muchos casos el consumo de esta bebida está permitido por lo padres, pues no se considera como un trago “fuerte”, pero es muy fácil pasar de la cerveza a otro tipo de bebidas con mayores niveles de alcohol y ahí es donde los jóvenes pueden empezar a tener problemas con el licor.

Crear adicción y dependencia al alcohol es muy fácil. Si se inicia el consumo a temprana edad aumenta la probabilidad de que se mantenga o agudice este problema, pues las personas son más vulnerables, ya que no tienen autocritica y no existe madurez desde el punto de vista psicológico. En la vida adulta se puede llegar a depender de la sustancia.
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Embriaguez de emociones

En Facebook se podrá encontrar un grupo llamado “Tal vez la causa fue un aguardiente… o dos… o tres… o cuatro…” y el mensaje principal dice “¿Por qué gozamos? ¿Por qué lloramos? ¿Por qué peleamos?”.

Estas emociones son fiel reflejo de los efectos que produce el licor en el organismo. Los jóvenes y las personas en general toman para divertirse, para desinhibirse, porque consideran que se vuelven más sociables, que pueden entablar una conversación más fácilmente con otras personas. Pero al emborracharse, algunos se ponen sentimentales y sienten deseos de llorar y esto se debe a que el licor es un depresor y es resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, la tensión e inhibiciones. El consumir alcohol así sea en pequeñas cantidades, vuelve las reacciones más lentas y la concentración y el juicio empiezan a empeorar.

La agresividad también es una de las manifestaciones de las personas en estado de alicoramiento, por eso es tan común que se produzcan las peleas. Las anteriores se consideran efectos agudos del alcohol, lo que se conoce como una simple borrachera. Pero el abuso de este tipo de sustancias puede desencadenar otro tipo de complicaciones más graves como problemas en el hígado, disfunción eréctil en el hombre y desaparición en la menstruación en la mujer, alteración en el comportamiento, perdida de la memoria y falta de concentración, entre otros.

El alcohol también puede ser la puerta para otras adicciones, por eso recuerde que prevenir es la mejor manera de evitar y en el hogar es donde se debe empezar.


Fuente: MedPlus
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