Tener buenos hábitos y sentimientos de agradecimiento ayuda a mejorar de manera   significativa nuestra calidad de vida. La felicidad es la más democrática de las decisiones y es necesario ejercer ese derecho. He aquí algunas de las formas en que podemos hacerlo.

Sentido, compromiso, gratitud y amor: así funciona la psicología de la felicidad. Si bien es cierto que la razón ayuda a entender lo complejo del mundo en el que vivimos, no siempre es útil cuando se trata de evaluar índices de bienestar emocional. El valor que damos a nuestras acciones y pensamientos, el hecho de permitirnos sentir alegría y consciencia de querer serlo, son algunos de los ingredientes que dan sabor a la receta para “ser feliz”.

De acuerdo con Andrés Ramírez, director de la Fundación Consejo de Empresas Americanas (CEA Colombia) y especialista en el tema de felicidad, “ser feliz significa aprender a abrazar lo que la vida nos entrega y trabajar con ello para construir, dar lo mejor de nosotros como seres humanos. Significa darle una expresión asertiva a nuestras emociones y sentimientos, tener hábitos que edifiquen mi mejor versión. Es entender que la vida es como un electrocardiograma, donde vemos altos y bajos. Se trata de aprender del latir de nuestro corazón y vivir la vida con mayor intensidad y consciencia del presente.

La felicidad es el camino, no un objetivo o una meta”. La psicología y la psiquiatría han dado resultados efectivos cuando se trata de mejorar la calidad emocional a través de distintas terapias. Martin Seligman, psicólogo y escritor estadounidense, planteó a finales de los 90 una nueva vía de la psicología actual, la llamó Psicología Positiva. En una conferencia que dio para TED, organización sin ánimo de lucro que promueve ideas novedosas, aseguró que “durante los últimos 50 años, se desarrolló una ciencia de la enfermedad mental en la que se descubrió que era posible tomar conceptos poco claros como la depresión y el alcoholismo para medirlos rigurosamente. A raíz de ello, fue posible clasificar las enfermedades mentales y comprender sus causas. En el apuro por ayudar a la gente en problemas, jamás surgió la idea de desarrollar intervenciones felices para hacer a las personas más felices. Intervenciones positivas”.

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De acuerdo con Seligman, la Psicología Positiva debe estar interesada en las fortalezas y debilidades humanas, en reparar daños y potenciar los mejores aspectos de la vida. Se trata de hacer plena la cotidianidad estimulando sus grandes talentos. A raíz de ello, plantea un entretenimiento dirigido hacia el aumento de la emoción, para hacer fluir las buenas ideas. De esta forma, según el experto, sería posible incrementar el tonelaje de la felicidad humana en el planeta.

Así mismo, recomienda enfocar los tratamientos al cuidado de sí mismo. Amor propio que revise detenidamente aquello que está fallando y es necesario transformar. No siempre el medicamento o la terapia intensiva lo solucionan todo.

Para el doctor en neurociencias Alex Korb, quienes son agradecidos, son a la vez felices y saludables. Para esto, sugiere apreciar los aspectos positivos de nuestra situación actual, y recomienda, empezar por llevar un ‘diario de gratitud semanal’ en el que resaltemos lo bueno que tenemos, las experiencias de las que podemos sacar un aprendizaje. Quienes tienen esta actitud, se ha demostrado que sufren de menos dolencias físicas, disminuyen su ansiedad y mejoran el sueño. Una persona agradecida no tiene tiempo para pensar en sensaciones negativas.

A pesar de las dificultades que pueda haber, es posible generar una mentalidad positiva sobre la mente y el entorno. Según Andrés Ramírez, una manera de hacerlo es “dejar de preguntarnos ¿por qué a mí?, en vez de: ¿qué puedo aprender de esta situación? La felicidad es la más democrática de las decisiones y debemos ejercer ese derecho. Yo no controlo lo que la vida tiene preparado para mí, pero sí controlo la actitud con la que enfrento esas situaciones. A veces se aprende más de la adversidad que del éxito y esto nos enseña a agradecer los momentos difíciles y optar por enfrentarlos con amor”.

¿Cómo vivir la psicología positiva?

  • Hacer ejercicio
  • Desayunar todos los días
  • Agradecer y perdonar
  • Saludar siempre a las personas y ser amable
  • Manifestar mis desacuerdos con respeto y asertividad
  • Leer 20 minutos al día
  • Constancia y dedicación
  • Esfuerzo y disciplina
  • Una dosis alta de amor.

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