La diseñadora de joyas brasileña Karina Teixeira habla este 28 de enero, en Medellín (Colombia), durante una conferencia en el marco de Colombiatex de las Américas 2015. COLOMBIA.INN

Las impresoras 3D y los láser son los nuevos aliados de los joyeros del mundo, que han encontrado en estos avances tecnológicos una oportunidad para reducir costos y fabricar anillos, aretes o pulseras con detalles únicos, dijo hoy una experta en la feria Colombiatex que se realiza en Medellín.

La diseñadora de joyas brasileña Karina Teixeira habla este 28 de enero, en Medellín (Colombia), durante una conferencia en el marco de Colombiatex de las Américas 2015. COLOMBIA.INN

La diseñadora de joyas brasileña Karina Teixeira habla este 28 de enero, en Medellín (Colombia), durante una conferencia en el marco de Colombiatex de las Américas 2015. COLOMBIA.INN

«Se pueden hacer cosas imposibles con software e impresoras en tercera dimensión», dijo a Colombia.inn, agencia operada por Efe, la diseñadora de joyas y profesora de la interfaz brasileña de modas Rhinoceros 3D, Karina Teixeira.

La experta, que trabaja con estas tecnologías desde hace ocho años, aseguró que los avances tecnológicos han permitido diseñar joyería con acabados y detalles que antes se consideraban «imposibles».

«Ahora podemos calcular el costo exacto y ver cómo va a quedar la pieza antes de producirla», dijo Teixeira durante una conferencia en Colombiatex de las Américas, la feria textil más importante de Latinoamérica.

La diseñadora explicó que mientras en la producción tradicional de un anillo se gastan 10 gramos en materiales, con las impresoras 3D hay una reducción de entre 30 % y 40 % en los insumos.

Las impresoras 3D fueron creadas por el estadounidense Charles Hull en 1984, pero solo desde hace 17 años países como Italia, Alemania y Estados Unidos empezaron a aprovechar las ventajas técnicas de estos aparatos para el desarrollo de piezas de joyería, que mayoritariamente se producen en lata y luego se bañan en oro.

«Los programas nos permiten generar un archivo para imprimir y volverlo en algo sólido, en un prototipo» y además estandarizar el tiempo de producción, acotó.

Actualmente, precisó la experta, también se están utilizando materiales amigables con el medioambiente, como la semilla amazónica Jarina, que tiene una textura y un color similar al del marfil.

Pese a que Teixeira destaca las bondades de estos avances, llamó la atención por la falta de profesionales capacitados en esta área y de interés de las nuevas generaciones en aprender las tradiciones y la cultura joyera.

«No hay una transmisión de conocimiento. Las nuevas generaciones no están interesadas en aprender las técnicas antiguas», afirmó, pero destacó que con el paso del tiempo las impresoras 3D han bajado de precios al pasar de 200.000 dólares en 1984 a cerca de 5.000 dólares el año pasado.

Colombiatex acogerá hasta el próximo jueves a 500 expositores, el 60 % colombianos y el 40 % restante extranjeros, y espera cerrar negocios por más de 260 millones de dólares. EFE

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