Es interesante ver la manera en que algunos componentes del cuerpo humano pueden ser renovados para generar mejoras en nuestra salud. Un ejemplo de ello es el tratamiento del plasma rico en plaquetas –PRP-, proceso biológico que nutre y brinda mayor lucidez, hidratación y vitalidad a las capas superiores de la piel, a través de las bondades que nos puede ofrecer nuestra propia sangre.

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De acuerdo con Claudia Yesmith Quiroga, médica cirujana, especialista en medicina biológica y Anti-age, “estas células intervienen en el proceso de coagulación sanguinea. El plasma tratamiento médico biológico utilizado para nutrir la piel a partir de pequeñas cantidades de la propia sangre del paciente. Es una nutrición avanzada en la que una vez activado el material que se extrae, permite obtener los factores de rejuvenecimiento activados para brindar una mayor vitalidad y lucidez dérmica reflejando una piel saludable”.

El procedimiento nació en Europa a finales del siglo XIX. Una serie de hallazgos clínicos permitió descubrir que servía para la recuperación y rehabilitación de la piel en los pacientes de guerra.

El plasma, por su peso molecular y sus factores de rejuvenecimiento (que son los principios que obtenemos al procesarlo), solamente actúa dentro en la epidermis y la dermis superficial y media. Corrige todos los hallazgos clínicos que encontremos en las capas superficiales de la piel para atenuar las líneas de expresión superficial, aportar hidratación, desvanecer las manchas o hiperpigmentaciones superficiales. Se logra un efecto máximo de resultados entre 21 a 45 dias de la aplicacion, al obtener el recambio celular entre 1 a 2 ciclos, pues la piel se recambia cada 21 días”, argumenta la doctora Quiroga. La edad ideal para realizarse un tratamiento de este tipo es desde de los 25 años porque nuestro cuerpo y nuestra piel está capacitada para producir colágeno hasta esa edad.

Los hallazgos clínicos que estén en las capas más profundas de la piel no los alcanza a combatir el tratamiento, un ejemplo de ello son las arrugas profundas. La especialista afirma que hay dos tipos de tratamientos con el plasma: el plasma rico en plaquetas básico, donde se toma la muestra de sangre, se activa, se procesa y se coloca directamente en el rostro sin preparación previa, y el plasma rico en plaquetas avanzado o potencializado, que cumple con los requisitos del protocolo científico en el que hay un arreglo previo del terreno (preparación de la sangre –purificación– y de la piel). Recomienda por una semana efectuar una preparación mínima así:

>No ingerir bebidas alcohólicas
> No ingerir medicamentos antibióticos
> Estar en óptimas condiciones de salud
> Debe haber aumento en el consumo de la vitamina C natural (tomar jugo de naranja, mandarina o en su defecto, el consumo directo de fruta)
> Descansar bien durante la semana
> No fumar

Si no se cumple con la debida preparación las células saldrán de menor calidad y no se tendrán los resultados esperados. Una vez ya extraemos la muestra, se procesa a través de unos tubos de laboratorio con un anticoagulante que ayuda a que se liberen más rápido los factores de rejuvenecimiento y con una serie de sustancias que ayudan a que ese plasma sea efectivo”, sostiene la especialista.

Luego de que la piel está preparada se estimula con equipos de alta tecnología para abrir los poros permitiendo que todo el plasma se absorba. “Hay equipos que permiten hacer microscópicamente desde 50 a 120 perforaciones por segundo sin maltratar externamente la piel. El método convencional es a través de intradermoterapia (aplicación de cualquier sustancia química, biológica, sintética o artificial a través de una aguja que atraviesa la epidermis para ser depositada en la dermis) con agujas pequeñas que son muy finas. Durante el procedimiento el paciente no va sentir mucha molestia y luego de este no necesitará incapacidad ni quedarán señales de inflamación o dolor«, explicó Quiroga.

Pasadas seis horas se cierran esas perforaciones y es posible aplicar protector solar o maquillaje, e incluso ir a una fiesta y seguir con la rutina diaria. Es posible que de 24 a 48 horas después del procedimientos se presente inflamación, moretones y asimetrías faciales que son transitorias.

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