Las atrocidades del Estado Islámico (EI) contra las minorías de Oriente Medio requieren una respuesta «urgente» por parte de la comunidad internacional, según subrayó hoy la ONU, donde varios países plantearon acciones concretas para ayudar a las víctimas de los yihadistas.

La ONU

«No nos equivoquemos, en Oriente Medio nos estamos enfrentando a un bárbaro y sistemático proceso de erradicación étnica y religiosa», denunció el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, que presidió una sesión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dedicada al problema.

Fabius recordó que el proyecto del EI pasa por «suprimir» a «todo el que no piensa como ellos», ya sean cristianos, yazidíes, turcomanos, kurdos, shabaks u otros musulmanes.

«Hay millones de vidas en juego, así como el tejido social de países enteros. Ahora mismo, miles de civiles están a merced del Estado Islámico», alertó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Ante esa amenaza, tanto Ban como un buen número de países llamaron a actuar de forma «urgente» y terminar con «la impunidad para aquellos que cometen crímenes graves contra la humanidad».

El diplomático coreano adelantó que la ONU está trabajando en un plan de acción para prevenir el extremismo violento, que presentará en septiembre, y anunció que reunirá a un grupo de expertos en la región para tratar las actuales tensiones sectarias.

En el marco de esos esfuerzos, Naciones Unidas también invitará el mes próximo a líderes religiosos de todas las confesiones a una reunión con el fin de impulsar la reconciliación, explicó.

Francia, por su parte, urgió a la coalición que lucha contra el EI a asegurar que las minorías desplazadas por los yihadistas puedan volver con seguridad a sus territorios a medida que los extremistas reculan.

Además, propuso la creación de un fondo internacional para que los retornados puedan reconstruir sus viviendas y otras infraestructuras destruidas.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, planteó la creación de representante especial en la ONU «que tenga un mandato claro y expreso: la lucha contra el extremismo violento», con la misión de «coordinar políticas contra el fanatismo».

Asimismo, el ministro español propuso poner en marcha una «Corte Penal Internacional específicamente dedicada a la lucha contra el terrorismo» con el fin de luchar contra la impunidad.

Esa necesidad de que los responsables de los crímenes más graves paguen por sus actos fue también defendida por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Al Husein, quien llamó al Consejo de Seguridad a actuar y referir los crímenes cometidos en Siria e Irak a la Justicia internacional.

Hasta ahora, todos los intentos de que esas atrocidades sean juzgadas en la Corte Penal Internacional (CPI) han sido bloqueados.

En su cita de hoy, el Consejo de Seguridad escuchó el testimonio del jefe de la Iglesia caldea, Louis Raphael I Sako, quien denunció los ataques sufridos por los cristianos y otras confesiones minoritarias en Irak.

También compareció ante el Consejo la parlamentaria iraquí Vian Dakhil, quien relató el sufrimiento de los yazidíes, que podrían haber sido objeto de un genocidio a manos del EI según la ONU, y otras comunidades del país a manos de los yihadistas.

Según Dakhil, más de 2.000 yazidíes han sido asesinados sólo por su origen y multitud de mujeres y niñas han sido vendidas como esclavas, por precios en torno a los 18 dólares.

En el debate también se hizo especial hincapié en la destrucción del patrimonio histórico por parte del Estado Islámico, un «genocidio cultural» que Fabius pidió incluir bajo el paraguas de los crímenes contra la humanidad y llevar también ante la Justicia internacional. EFE

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Redacción Minuto30

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