El año 2017 que termina será recordado como el año en que Juan Manuel Santos, haciendo uso de sus últimos cartuchos de poder, implementó las trampas a la Constitución que emanan del acuerdo de La Habana.

Y es que al año comenzó con una trampa y termina con otra. Hace un año vimos como, pasando por encima del resultado del plebiscito, el Gobierno impuso a la fuerza y con ayuda del Congreso, el pacto con las Farc a través de una simple proposición. Hoy los colombianos vemos otra vez como el Gobierno intenta acudir a toda clase de artimañas judiciales para revivir, con ayuda de las Cortes, las 16 circunscripciones especiales de paz, que el Senado tumbó. Estas circunscripciones no son otra cosa que curules adicionales para las Farc.

El 2017 pasará a la historia como el año de las trampas de Santos: con trampa y a la fuerza impuso los acuerdos, se implementó un mecanismo tramposo para acelerar el tramite y coartar la independencia del Congreso, con trampa acudió a las Cortes de bolsillo para dar legitimidad a un pacto espurio y con trampa acabó con la separación de poderes.

La historia dirá que Santos, a lo largo de sus 8 años de desgobierno, usó toda clase de artimañas para beneficiar y complacer criminales mientras gobernó de espaldas a los ciudadanos honestos y trabajadores.

Los fraudes del Gobierno nos han salido costosos. Hoy sentimos las consecuencias del derroche, para comprar conciencias, que el presidente hizo con el dinero de la Nación. Una dura reforma tributaria que golpea directamente el bolsillo de los ciudadanos, la fuga de capitales, la cada vez menos inversión extranjera, la pérdida de empleos y la baja calificación de Colombia en el extranjero, son el resultado del pésimo manejo de la economía del país.

A la puerta de los últimos meses de la presidencia de Juan Manuel Santos, se vislumbra la luz al final del túnel. Esperemos el 2018 que comienza sea el año en que Santos pierde, finalmente, todo el poder que lo ha mantenido inmune a escándalos como el de Odebrecht. La justicia tarda, pero llega.

El 2018 será el año en que el país corregirá el rumbo. En las elecciones de Congreso y presidencia, los ciudadanos demostraremos que en Colombia no se premia a los criminales. El nuevo Gobierno y Congreso deberá trabajar en pro de los colombianos, para que regrese así la confianza en las instituciones. Falta muy poco: cada día es uno menos del gobierno Santos. Cada día estamos más cerca de, por fin, poderle decirle ex presidente y que estos 8 años de su mandato queden como un amargo recuerdo. El cambio ya está cerca.

Finalmente agradezco a quienes me acompañan en este espacio y les deseo que el año que inicia llegue lleno de bendiciones y que en compañía de sus seres queridos tengan todos un feliz año 2018.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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