Una gestión memorable

Los grandes hechos políticos se dieron silvestres en el cuatrienio del presidente Carlos Lleras Restrepo, de cuya desaparición se cumplieron veinte años el domingo último.
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Al concluir septiembre, el noveno mes del 2014, traemos a la memoria algunos episodios de los tiempos lleristas que figuran en nuestro disco duro, a manera de sencillo homenaje a este colombiano ejemplar.

El estadista liberal bogotano, que gobernó al país entre 1966 y 1970, nació en 1908 y murió en 1994, a los 86 años de edad.

Con los futuros presidentes

Mantuvo el doctor Lleras Restrepo serias rencillas con los futuros presidentes liberales Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay Ayala.

Pese a todo, logró que López abandonara el MRL (Movimiento Revolucionario Liberal) e ingresara al Frente de Transformación Nacional, primero como gobernador del naciente departamento del Cesar y después como canciller de la república. “El pollo vallenato” sería a la sazón el primer presidente (1974-1978) tras el desmonte de la alternación bipartidista que él combatió vigorosamente desde los peladeros de la oposición, en su semanario “La Calle”.

Con Turbay Ayala

Lleras siempre marcó distancia, en su carrera política, con el doctor Turbay.

El alejamiento entre los dos jefes liberales empeoró cuando Turbay se le atravesó a Lleras en su propósito reeleccionista, al derrotarlo a través del mecanismo del denominado “Consenso de San Carlos”.

Vencido por el que siempre llamó “el clientelismo turbayista”, archivó para siempre su sueño de alcanzar otros cuatro años en el solio bolivariano.

Turbay gobernó el país entre 1974 y 1978 y soportó una dura oposición llerista, en su cuatrienio, desde las páginas del semanario “Nueva Frontera”, que López llamaba con sorna “La Nueva Arrechera”. Resumiendo: ninguno de los tres alcanzó la esquiva reelección.

Con el procurador andaduro

En el proceso previo a su sucesión en Palacio, Lleras fue amonestado públicamente por el entonces Procurador Mario Aramburo Restrepo por su abierta parcialidad en favor de la candidatura presidencial de su ex ministro conservador Misael Pastrana Borrero, en desmedro del aspirante oposicionista Gustavo Rojas Pinilla.

Se le culpa de haber incidido, en asocio de su ministro de Gobierno, Carlos Augusto Noriega, para adulterar el resultado de la elección presidencial que, supuestamente, habría ganado el general boyacense, fundador de la Anapo.

El resultado (amañado o no) dio pie al nacimiento del M19, el movimiento guerrillero liderado por el samario Jaime Bateman Cayón que le causó grandes dolores de cabeza a los presidentes Pastrana, López, Turbay y Betancur.

El reloj de la historia

Para sofocar una rebelión de repercusiones imprevisibles, el entonces presidente Lleras tomó la sartén por el mango, pues tenía fama de “pantalonudo”.

Apareció en la televisión, reloj en mano, para anunciar la implantación del toque de queda y les dio media hora de plazo a todos sus compatriotas para que estuvieran en sus casas, esperando tranquilamente, sin sobresaltos, el resultado de las elecciones presidenciales del domingo 19 de abril de 1970.

El reloj más famoso de la historia política colombiana sería rematado en pública subasta por una importante suma de dinero que pagó un coleccionista bogotano.

La soberbia llerista

Famoso por sus pataletas, Lleras solía imponer su parecer a como diera lugar en el curso de los acontecimientos que concentraban la atención del país.

Ante la inminencia del hundimiento de una reforma constitucional en la que estaba muy empeñado, amenazó con renunciar al primer empleo público de la Nación e irse a sus campos de invierno a rumiar su eventual derrota legislativa.

Su amenaza surtió efecto y su reforma pasó en los debates reglamentarios, en el Congreso Nacional.
También tuvo tremendo rifirrafe con el director de El Espectador, don Guillermo Cano, por unos enredos tributarios que jamás quedaron lo suficientemente claros.

Fue muy sonoro el debate parlamentario alrededor del escándalo de Fadul y Peñalosa, promovido por el senador samario José Ignacio Vives, también conocido como “Nacho”. Y se recuerda, asimismo, el pleito de Chicoral que ahora pretende revivir, en el marco de una reforma agraria jamás conseguida, el nieto predilecto de Lleras, Germán Vargas Lleras, hoy en funciones como vicepresidente de la república.

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Redacción Minuto30

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