La Barca de Calderón. Septiembre 17 de 2014. Por William Calderón

Cirugía al envilecido salario mínimo

La acaba de practicar desde Barranquilla el amigo Antonio Guihur Porto, tambor mayor de los pensionados colombianos, y le damos curso en La Barca con el mayor gusto:

Dice la expresión popular que cuando llegan los meses cuyos nombres terminan en «bre», prácticamente se acabó el año, y con la llegada de estos meses comienza una vez más la gran puja por el incremento anual del salario mínimo que regirá el próximo año, el mismo gobierno con sus nuevos decretos hace que el mísero incremento se diluya.

Tirando números

Narra don Antonio: La semana pasada, con calculadora en mano, conversé con un modesto portero y celador de un lujoso condominio residencial estrato 20 que trabajando 12 horas diarias gana el salario mínimo actual, $ 616.000, y logré «sacarle» la siguiente información sobre sus ingresos y gastos familiares.

Las cuentas claras

Esto me comentó: De mi sueldo me descuentan $73.920 (12% para salud y pensión) y recibo neto la suma de $ 542.080. Resido en una humilde casita arrendada con mi señora, mis dos hijos de 15 y 12 años y con mi suegra en un barrio de estrato dos, muy alejado de mi lugar de trabajo. La casa es de ladrillos aún sin empañetar y tiene dos pequeñas habitaciones y un saloncito que nos sirve de sala, comedor y cocina. Por el arriendo pago mensualmente $ 230.000, me quedan $ 312.080 para los demás gastos.

La pobre dotación hogareña

Disponemos de una vieja nevera pequeña, un televisor de 21 pulgadas y dos ventiladores para el sofocante calor. En servicios públicos pago en total $ 107.000 así, energía: $ 50.000, agua: 45.000 y gas: $ 12.000. Me quedan $ 205.080 para alimentación, útiles de aseo, algunos útiles escolares y transporte de mis hijos para el colegio, porque éste queda bastante retirado de la casa.

El abastecimiento de la casa

En útiles de aseo (jabones de baño y de cocina, papel higiénico, crema dental, etc.) me gasto aproximadamente $ 30.000. Me quedan $ 175.080. En el transporte de mis dos hijos al colegio gasto $ 120.000 (1.500 de ida y 1.500 de regreso = 3.000 x 2 = 6.000 diarios, en 20 días de clases = $ 120.000) y me quedan $ 55.080. No pago colegio porque es un colegio público.

Las conclusiones de Guihur

Me quedé estupefacto y después de revisar nuevamente las cifras, le pregunté al humilde trabajador de 41 años…¿y entonces cómo se alimentan? Hizo un chasquido con la boca y con su mirada muy triste me dijo: por eso es que mi suegra vive con nosotros, porque mi mujer trabaja de sol a sol, desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, mi suegra durante el día cocina y atiende a los «pelaos» cuando regresan del colegio.

La ayuda de la esposa

Sí, mi pobre mujer trabaja de lunes a sábados en varias casas de gente pudiente planchando ropa durante todo el día en una misma casa y le pagan $ 15.000 más $ 3.000 del transporte. Como élla va un día a la semana a cada casa, demora todo el día planchando porque la ropa a planchar se la acumulan.

Con lo que gana mi mujer, hacemos compras diarias, del día a día, en una tienda cercana: es decir, que con $ 15.000 diarios  desayunamos, almorzamos y comemos  cinco personas. A veces a mi mujer la encuentro llorando sola porque me dice que cuando los hijos nos piden algo, no nos alcanza la plata para complacerlos. Solamente en los meses de Junio y Diciembre, cuando me pagan las primas (medio sueldo), podemos comprarle alguna ropita a los pelaos y algo para mi mujer y mi suegra. Yo no gasto casi ropa porque uso este uniforme que nos da el condominio a los porteros y celadores.

La suerte de los hijos

Me preocupo por mis hijos, primero, porque vivimos en un barrio muy peligroso lleno de pandillas, delincuentes y drogadictos y segundo,  porque en el futuro quiero sacarlos adelante y que tengan la oportunidad de estudiar en una universidad, pero a veces también lloro, sin que me  vea mi mujer, porque como están las cosas, las esperanzas de salir de esta pobreza está muy lejos.

Unas preguntas puntuales

Después de conocer esta triste y desesperanzadora historia económica de un trabajador de salario mínimo, me pregunto:

¿Qué pasará con otros trabajadores de salario mínimo cuando la familia es más numerosa y peor si la mujer no trabaja?

¿Son nuestros gobernantes y empresarios de billonarias utilidades conscientes de esta dramática situación social?

Y la gente pobre desempleada que no consigue trabajo, ¿cómo logra sobrevivir?

Será que esa pobre gente está condena a que sus familias y futuras generaciones estén atrapadas en ese círculo y permanecer en ese ciclo de pobreza?

Ministros de oídos sordos

¿Será que algún día los Ministros de Trabajo y  de Hacienda, Representantes, Senadores, Congresistas, integrantes de la Comisión de Concertación Laboral, funcionarios del DANE y empresarios se bajan de sus espesas nubes burocráticas y oligárquicas y van a un estrato uno y dos a constatar estas inocultables realidades sociales?

Cómo es posible que haya de manera muy visible y evidente tanta desigualdad e inequidad social al comparar que los altos funcionarios del Gobierno, incluyendo a magistrados de las Altas Cortes devengan, sin incluir prebendas, hasta más de 40 veces el valor de un salario mínimo?