La Barca de Calderón. Octubre 15 de 2014. Por William Calderón

El falso testimonio

El pasado fin de semana, en la «Casa del egresado”, de la Universidad de Medellín, se llevó a cabo la presentación del libro «El falso testimonio», escrito por el jurista Luis Gustavo Moreno Rivera, saludable resultado de una seria y científica investigación sobre el falso testimonio y su impacto en la sociedad colombiana y especialmente en lo que se ha dado en llamar «La judicialización de la política y la politización de la justicia».

La presentación

Ante un público  que llenó e bote en bote el recinto de conferencias constituido por prestantes personalidades del derecho, la academia, la política, el periodismo –entre ellos las victimas del denominado «cartel de falsos testigos–  sobresalió la figura amable pero imponente  del Almirante Gabriel Arango Bacci, quien, en forma contundente, narró a los presentes su calvario, originado en las imputaciones de unos falsos testigos que lo sacrificaron en el altar de sus oscuros intereses.

Melancolía

Un doloroso inventario de carreras y vidas  frustradas fue presentado ante el selecto auditorio reunido en la  Universidad de Medellín. Los asistentes  escucharon  con dolor lo que puede denominarse ya como el colapso de la justicia en Colombia.

Esa tristeza vaga, profunda y permanente, llamada melancolía, nacida por causas morales, que según el pausado jurista Jaime Pérez, consumieron a Juan Ignacio Castrillón, un hombre ejemplar que murió de física pena moral, ahora tiene en igual condición a Oscar Arboleda Palacio, otra víctima del «cáncer» de los falsos testigos, a quien intervienen esta semana en una   clínica de la capital de la montaña.

Otras víctimas

Por  cuenta de  los mismos atajos  jurídicos y morales  hicieron de las suyas con Luis Fernando Velasco, el hijo del inolvidable director de Instrucción Criminal, Omar Henry Velasco. También padeció el mismo tormento la senadora Nancy Patricia Gutiérrez a quien le hicieron cantar el «pájaro» en varias oportunidades. Otra amarga experiencia  vivió el medico neurocirujano Carlos Garcia Orjuela a quien tuvo que rescatar de las mazmorras del régimen el gobierno  francés. Un caso parecido vive Piedad Zucardi a cuyo amparo está un veedor ingles, que también siente el gobierno italiano, por la absoluta falta de garantías procesales, que alega su defensa.

Más víctimas

El  senador Mauricio Pimiento trajinó por la calle de la amargura  al ser  sometido a la picota pública» y condenado de manera injusta.  Luis Humberto Gómez Gallo murió en la flor de su juventud víctima de otra emboscada moral. Los  ex presidentes del congreso Mario Uribe y Miguel Pinedo, victimas de los «Pitirris» de turno . Episodio  igual vivió y narró el propio Rubén Darío Quintero Villada, lo mismo que el entierro en vida del diputado del Valle, Sigifredo López, a quien tuvieron que pedir perdón sus verdugos. A propósito: ¿qué estará pasando con Areiza, “el tuso” y Andrés de Jesús?

Los militares

Al Coronel Alfonso Plazas Vega, por defender la institucionalidad cuando el narcotráfico comandado por Pablo Escobar en alianza con el M 19, propició el holocausto del Palacio de Justicia.

[pullquote]El Almirante Gabriel Arango Bacci, en forma contundente, narró a los presentes su calvario, originado en las imputaciones de unos falsos testigos que lo sacrificaron en el altar de sus oscuros intereses…[/pullquote]El oficial  Plazas  fue condenado  mientras los narco-terroristas se apoltronan en el poder desde el ejecutivo teniendo como símbolo la Alcaldía de Bogotá y el Congreso de la República, mientras desde el alto gobierno pretenden sacar de circulación al Procurador Alejandro Ordoñez Maldonado. Corren idéntica suerte los pacificadores del Cesar y el Urabá antioqueño, Hernán Mejia y Rito Alejo Del Rio, quienes  purgan penas por combatir a quienes hoy, desde Cuba, ofician como voceros de la paz.

 Los invitados

Vimos entre los asistentes al evento académico a Julio Enrique González Villa, ex gerente de las Empresas Varias de Medellin y profesor universitario; a Alberto Arroyave, miembro de la junta directiva de las Empresas Públicas de Medellín; a Carlos Mario Cano, especialista en derecho electoral; a los penalistas Jaime Pérez, Herman Jiménez, Jaime Cárdenas y Samuel Castrillón;  alos comunicadores del periodico digital ‘Debate’, Jorge Gaviria y Mario Hernández, quien hizo un inventario de  la vida y pasión  que soportan Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Restrepo, Maria del Pilar Hurtado y ahora Sandra Morelli.

Los nuevos togados

El profesor Juan Manuel Serna, de la Universidad Pontificia Bolivariana y ex rector universitario, recordó a los asistentes que cuando Carlos V asumió el poder del » imperio donde nunca se ponía el sol», lo primero que hizo fue borrar del mapa a los conquistadores y adelantados porque, según el monarca, «no quería compartir su imperio con aventureros». Para  reemplazarlos nombró a unos señoritos de la clase emergente madrileña, que habían estudiado alguna cosa. Ellos fueron los famosos «togados», llamados así por su atuendo y que se dedicaron a repartir tierras, cargos, títulos, sinecuras, a una manada de «lambones» ambiciosos que, a través de la encomienda,  esclavizaban a los indios y crearon, en Santa Fe de Bogotá, el más gigantesco y aberrante aparato burocrático del que se tenga noticia, para que administraran  el Nuevo Reino, este  de corte centralista, sembrando el germen de la rebelión en las provincias. Cualquier parecido con lo que vivimos hoy es pura casualidad.

Recomendación

El Barquero se permite recomendar la lectura de la última columna escrita por el ex Fiscal Gustavo de Greiff Restrepo, publicada en El Tiempo, titulada LA REFORMA A LA JUSTICIA, en la que invita a «modificar la actual integración de las altas cortes con el objeto de prevenir lo que podríamos denominar el SINDROME DE LAS MANZANAS PODRIDAS”. Sin olvidar (claro está) a las distinguidas periodistas María Isabel Rueda y Cecilia Orozco, quienes han publicado en sus respectivos periódicos columnas muy valientes en las que critican el estado de cosas en las altas corporaciones y una investigación reciente de la encuestadora GALLUP  que  encontró cómo ha caído dramáticamente la confianza de los colombianos en las mismas cortes en cuestión.