El bailarín argentino Julio Bocca habla durante una entrevista con Efe en Bogotá (Colombia). Bocca desembarcó en Bogotá al frente del Ballet Nacional Sodre de Uruguay que interpretará este viernes una versión de "El Mesías" de Händel en la que deja libres a los bailarines para que den rienda suelta a su sensibilidad, según explicó. EFE

El coreógrafo argentino Julio Bocca desembarcó en Bogotá al frente del Ballet Nacional Sodre de Uruguay que interpretará este viernes una versión de «El Mesías» de Händel en la que deja libres a los bailarines para que den rienda suelta a su sensibilidad, según explicó en una entrevista.

El bailarín argentino Julio Bocca habla durante una entrevista con Efe en Bogotá (Colombia). Bocca desembarcó en Bogotá al frente del Ballet Nacional Sodre de Uruguay que interpretará este viernes una versión de "El Mesías" de Händel en la que deja libres a los bailarines para que den rienda suelta a su sensibilidad, según explicó. EFE

El bailarín argentino Julio Bocca habla durante una entrevista con Efe en Bogotá (Colombia). Bocca desembarcó en Bogotá al frente del Ballet Nacional Sodre de Uruguay que interpretará este viernes una versión de «El Mesías» de Händel en la que deja libres a los bailarines para que den rienda suelta a su sensibilidad, según explicó. EFE

«Te va sonado lo que Händel quería transmitir con su música y lo que el bailarín va sintiendo en el momento», aseguró Bocca sobre una pieza que ha sido coreografiada por el también argentino Mauricio Wanriot.

Según explicó, esta pieza no tiene personas, sino que cuenta «simplemente con la sensibilidad del bailarín» que tiene total libertad y transmite lo que va sintiendo.

De este modo «la obra te va llevando» y permite que el público se relaje progresivamente.

Con esta pieza y otras que ha escenificado el ballet uruguayo, Bocca, que se puso al frente de la compañía hace casi cinco años, ha buscado consolidar un público de aficionados a la danza entre los charrúas, una experiencia que ahora proyecta en América Latina.

Para ello considera necesario «salir, llegar y buscar» a la audiencia, además de un apoyo institucional que es necesario para crear y promocionar a las compañías, ya que, en su opinión, en el continente hay «buenos bailarines y maestros que tienen que salir» fuera para dedicarse a este oficio.

«No solo el fútbol representa a un país, también una compañía de ballet, un coro o una orquesta. La cultura puede representar a un país», subrayó Bocca.

En este sentido, afirmó que la inversión en una compañía de danza «no es perdida si está bien armado, publicitado y llevado», ya que, según destacó, «los gastos de las producciones se recuperan con la venta de entradas».

«(Una compañía) no genera pérdida y sí ganancia cultural y educativa», apostilló.

Por ello, lamentó que no exista una compañía latinoamericana que compita con las grandes del mundo ya que sí hay bailarines de la región en sus planteles.

Bocca, al frente de su compañía, hará dos presentaciones mañana y el sábado en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, una ciudad a la que volverá la próxima semana para hacer audiciones y comenzar a formar una compañía de ballet, según explicó.

De este modo, estará al frente de un nuevo proyecto avalado por el éxito del Sodre, que ha pasado de tener 25 bailarines a 70, además de cinco equipos administrativos y artísticos.

Además, Bocca modificó la forma de trabajo con una estructura público-privada en la que se pasó de un sistema de estabilidad contractual a compromisos anuales con los bailarines en los que «si estás en forma se te renueva».

Con la nueva dinámica que ha creado en el ballet uruguayo ha conseguido que este arte forme parte de la sociedad «como algo cotidiano y no como un espectáculo especial».

«Es como ir a un partido de fútbol o al cine», aseguró sobre el público de Montevideo que se ha aficionado a los espectáculos que ahora llenan los teatros de la capital uruguaya.

Con su trabajo ha conseguido «romper barreras» al salir del teatro, ir a giras, poner precios populares para las entradas y visibilizar su labor.

Además, «hay todo un trabajo artístico que hace que (la compañía) esté todo el tiempo en la casa de la gente», para conseguir acercar el ballet al público, según explicó.

Con todo ello ha conseguido crear un buen ambiente laboral en el que, «aunque hay 70 bailarines que quieren ser primero y tener un rol destacado, entienden que depende de cómo uno se presente o lo que necesita el coreógrafo». Bogotá, 16 abr (EFE)

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Redacción Minuto30

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