En 1836, el gobierno francés decidió que el grupo de babuinos de la base del obelisco que Egipto les había regalado era «tan escandaloso» que no se podía exhibir en una plaza y lo «relegaron» al Louvre, desde donde ha salido por primera vez en su historia para exponerse en España, en CaixaForum de Madrid.

Babuinos de la base del obelisco oriental del templo de Luxor, Dinastía XIX, hoy en la exposición que acoge CaixaForum en Madrid coorganizada con el Louvre. EFE

Babuinos de la base del obelisco oriental del templo de Luxor, Dinastía XIX, hoy en la exposición que acoge CaixaForum en Madrid coorganizada con el Louvre. EFE

La conservadora jefe del departamento de Antigüedades Egipcias del Museo del Louvre, Hélène Guichard, presentó hoy en rueda de prensa junto a la directora adjunta de la Fundación la Caixa, Elisa Durán, «Animales y faraones. El reino animal en el antiguo Egipto», 430 obras procedentes de París, de las que 260 han sido restauradas expresamente para su exhibición en Madrid.

Catorce momias, estelas, vasos, jarras, acuarelas, pinturas, murales, cofres, amuletos y sarcófagos que representan 60 especies de animales, de saltamontes a ibis, de cocodrilos a toros, ocupan la sala de exposiciones de CaixaForum con una escenografía «espectacular», aunque la pieza estrella es el grupo estatuario de la base del obelisco oriental del templo de Luxor.

«Este grupo decoraba la cara suroeste del obelisco oriental, que permaneció allí, y junto a otro obelisco, que se coloco en la plaza de la Concordia, se regaló a Francia, pero en 1836 se decidió que debían estar en el museo porque los babuinos, representados de pie, tenían una parte genital ‘muy expresada’ y eso era un escándalo», detalló Guichard.

Cartonaje de Najtjonsuiru, Dinastía XXII, en la exposición que acoge CaixaForum coorganizada con el Louvre. EFE

Cartonaje de Najtjonsuiru, Dinastía XXII, en la exposición que acoge CaixaForum coorganizada con el Louvre. EFE

El conjunto es «espectacular» porque los babuinos, datados entre 1279 y 1213 a.C., están esculpidos en granito rosa de Asuán y el obelisco al que pertenecían representa el primer rayo de Sol «de la creación del mundo».

Para meter en el CaixaForum sus seis toneladas, más de tres metros de ancho por uno y medio de alto y más de medio metro de profundidad ha sido precisa «casi una obra de ingeniería», según Durán, que alabó la «espectacular escenografía» que se ha diseñado para la exposición.

El grupo de los babuinos y la cabeza de un cánido de la estatua de un dios, en madera policromada, de entre el 664 y el 332 a.C., son objetos que nunca antes habían salido del Louvre, que con esta exposición «consolida» su colaboración con CaixaForum, explicaron Durán y Guichard.

La muestra, según la conservadora francesa, pretende detallar «lo más claramente posible» la relación que los egipcios antiguos tenían con el reino animal, desde la observación en su entorno natural a la deificación.

En nueve secciones se pueden contemplar a las mascotas, a los animales que servían de ayuda en la vida cotidiana, a los que se relacionaban con la subsistencia o a los que tenían, como los gatos, una función de amuleto.

«Luego, el arte egipcio se apodera de los animales para hacer comprender a la gente los fenómenos naturales o metafísicos merced a la comparación e incluso a su asimilación a través de metáforas y también se apropian de ellos para explicar la divinidad y lo todopoderosos que eran los faraones», detalló Guichard.

Estatua sedente leontocéfala de Sejmet, reinado de Amenhotep III, Dinastia XVIII, en la exposición que acoge CaixaForum, en Madrid. EFE

Estatua sedente leontocéfala de Sejmet, reinado de Amenhotep III, Dinastia XVIII, en la exposición que acoge CaixaForum, en Madrid. EFE

Los animales se momifican, como los 14 ejemplares que se exponen, porque se convierten en algo sagrado, y son depósito de una pequeña parte de la divinidad que representaban: «mandarlos al más allá era una forma de que hicieran también de intermediarios entre el muerto y dios».

Con ocasión de esta muestra se ha realizado un TAC a cada una de las momias, también por primera vez en su historia, y se ha descubierto que algunos no son internamente más que materia textil, sin ningún resto orgánico, aunque la mayoría sí es el animal entero.

El denominador común de «Animales y faraones», que estará abierta hasta el 23 de agosto, es la calidad de las piezas, el enfoque expositivo innovador y su propósito divulgativo, de atención a todos los públicos. Madrid, 31 mar (EFE) | Concha Barrigós.

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