La ministra de relaciones exteriores, María Ángela Holguín

La ministra de relaciones exteriores, María Ángela Holguín

El Gobierno confía en lograr en los próximos doce meses una gran disminución de las plantaciones de coca y considera que la paz solo será sostenible con una drástica reducción de los cocales.

«La sostenibilidad de la paz pasa por reducir de forma drástica la zona de cultivo de coca, no solamente evitar que otros (grupos criminales) entren, sino que haya menos coca. Por eso esta política de cultivos basadas en la sustitución y la erradicación es fundamental», dijo hoy a Efe el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo.

Pardo y la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, mantuvieron un encuentro con Efe en Viena, al margen de la 60 sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU.

«El punto central es que con los cultivos de coca la paz no es sostenible. Mientras haya una mata de coca alguien va a comprar las hojas y a procesarlas. Ese alguien pertenece a una mafia, a un grupo ilegal», indicó Pardo
«Lo esencial es que haya menos coca, mucha menos coca», recalcó el alto consejero.

Un informe sobre cultivos ilícitos del Departamento de Estado de EEUU, difundido este mes, señala que los cultivos de coca en Colombia aumentaron un 42 % en 2015, hasta las 159.000 hectáreas.

Otro reporte, divulgado el mismo día en Viena por la ONU, señaló que la superficie dedicada al cultivo de coca aumentó desde las 69.000 hectáreas de 2014 a las 96.000 de 2015, un 39 % más.

No obstante, Holguín se mostró optimista de que en los próximos doce meses su país pueda ofrecer datos positivos.

El plan consiste en reducir las superficies en unas 100.000 hectáreas, «50.000 con la erradicación forzosa y 50.000 con la sustitución de cultivos», explicó.

«Realmente en esto somos optimistas, que de aquí a un año tendremos unas cifras completamente distintas», subrayó.

En su intervención en el pleno de la Comisión, Holguín reconoció hoy que en Colombia existe una «creciente incidencia de carteles extranjeros», algo nuevo en el país.

En su diálogo con Efe, la ministra explicó el problema así: «Ya dejaron de ser solamente los carteles colombianos, sino que ahora están asociados a carteles de otras partes».

«Es algo nuevo en Colombia, recursos que llegan para asegurar cultivos y nuevas infraestructuras de procesamiento de coca. Es un reto adicional», agregó.

Sobre la nacionalidad concreta de estas organizaciones criminales, Holguín se limitó a afirmar que «son carteles de diferentes partes», son «extranjeros en territorio colombiano».

Al abordar algunas críticas por los retrasos en la aplicación del acuerdo de paz, pidió restar «transcendencia» a esa demora y tener en mente la magnitud del proceso puesto en marcha.

«Puede haber unos retrasos en ciertos aspectos», sostuvo la ministra, pero «cuando vemos la magnitud de lo que venimos, de un acuerdo de paz, de 50 años de conflicto que estamos resolviendo, es un tema al que no hay que darle tanta transcendencia».

Y subrayó: «Hay un compromiso del Gobierno y se va a cumplir con lo acordado».

Sobre la situación internacional del problema de las drogas, Holguín destacó que el panorama es mucho más complejo» que hace dos décadas, cuando había una definición clara de países productores, de tránsito y consumidores.

Ahora, según la ministra, todos los países son productores y consumidores de narcóticos, y expuso el enorme auge de las drogas sintéticas, cuyo consumo ha crecido en Colombia y son importadas.

Ante estos desafíos, Holguín indicó que se debe seguir avanzando en los cambios iniciados en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre el Problema de las Drogas (UNGASS), celebrado en abril en Nueva York.

«UNGASS no es un punto final, sino un recorrido en este cambio de políticas. UNGASS es parte de lo tenemos que seguir avanzando con un enfoque de salud pública y derechos humanos», defendió Holguín.

En cuanto a la polarización social que existe en el país por el acuerdo de paz con la guerrilla, Pardo indicó que la oposición usa el proceso para desgastar al Gobierno.

«La forma principal para atacar al Gobierno -algo legítimo en cualquier oposición- es atacar el proceso de paz», dijo Pardo.

«Y no porque no quieran la paz, sino porque es una forma eficiente de atacar al Gobierno», concluyó el alto consejero para el Posconflicto en Colombia.

Redacción: EFE

 

 

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Redacción Minuto30

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