VD05 VALLADOLID, 02/08/2010.- La artista francesa Rébecca Dautremer, una de las mejores ilustradoras de libros para niños, como "Princesas olvidadadas y desconocidas", y diseñadora de juguetes, expone en el Museo Nacional Patio Herreriano de Valladolid una restrospectiva de sus principales creaciones, denominada "Mes petits papiers". EFE/NACHO GALLEGO

Princesas barbudas, hombres pájaro, héroes sin rostro y criaturas sobrenaturales forman parte del universo de la francesa Rebecca Dautremer, considerada una de las mejores ilustradoras del mundo, y que presenta, por primera vez, en la Feria del Libro de Buenos Aires.

La artista francesa Rébecca Dautremer, una de las mejores ilustradoras de libros para niños. EFE/Archivo

La artista francesa Rébecca Dautremer, una de las mejores ilustradoras de libros para niños. EFE/Archivo

Dautremer llega a la capital argentina con dos de sus obras más recientes, dos grandes desafíos que le han permitido ampliar horizontes más allá del mundo de la ficción infantil, «Seda», de Alessandro Baricco, y «Una biblia», un reto monumental.

Su aventura con Baricco, explica en una entrevista, comenzó por el empecinamiento de un par de editores que querían ilustrar la novela del escritor italiano.

Fue tanto su empeño que terminaron por convencer a ambos y permitieron a Dautremer ilustrar para adultos y adentrarse en un mundo que tenía ganas de probar.

«No es más difícil ilustrar para adultos que hacerlo para niños. No hay grandes diferencias, aunque con los adultos puedes tener más libertad y abordar otro tipo de temas. Con los niños, sin embargo, hay más receptividad para las ilustraciones. Son más abiertos, pero no pienso en eso a la hora de dibujar», asegura.

Tampoco hay diferencia en las técnicas que utiliza Dautremer, gouche, tinta y collages, ni en el proceso de creación de sus personajes, que comienza con perfiles vagos que terminan por definirse a fuerza de trabajo y ubicarse en contextos de colores y espacios con cierta inspiración en el cine y la fotografía.

En «Princesas Olvidadas o Desconocidas», su obra más popular, buscó crear nuevos perfiles, alejados del estereotipo comercial.

«Quería salir de las imágenes de princesas piadosas, dulzonas, cursis, con corona. Por eso hay princesas barbudas, princesas tuertas, con una idea de mostrar que incluso tienen algo de dolor», explica.

Para completar su trabajo hubo que revisar algunos de los textos del autor, Philippe Lechermeier, porque «la idea era crear sorpresa y salir del perfil ya conocido» con personajes que producen «cierta extrañeza» y «van mas allá del aspecto superficial».

No obstante, no critica el estereotipo comercial de las princesas que, reconoce, la atrajo a ella misma en su infancia porque también a ella le «inspiraron y es bueno -dice- que existan, pero no podemos seguir repitiéndolo».

Tras la experiencia de «Princesas», se lanzó con Lechermeier a uno de sus mayores desafíos: «Una biblia», una propuesta «muy complicada pero apasionante» que le supuso un importante esfuerzo personal.

Procedente de una familia católica practicante, reconoce que al principio se sintió «impresionada» por los personajes de la Biblia y le influyó lo que su propia familia pudiera llegar a pensar de sus creaciones.

«Me tomó tiempo animarme a representar a Jesús, a Dios.. era más un problema de animarme que una dificultad técnica», confiesa.

El otro gran desafío estaba en las múltiples representaciones existentes en todo el mundo en ilustraciones y «pinturas maravillosas».

Finamente, «me pude liberar de esa carga», recuerda, y se puso manos a la obra para un trabajo que se prolongó durante tres años y que se presenta como una auténtica obra de arte en cada ilustración.

La artista está volcada ahora en un nuevo libro infantil sobre el «Hombre de las nieves» y en un proyecto inspirado en la historia del escritor y artista Henry Darger, en el que por primera vez ella será la autora del guion y la ilustradora.

Darger (1892-1973) trabajaba en el servicio de limpieza en Chicago (EE.UU.) y, tras su muerte, se descubrió que tenía una obra impresionante, con más de 15.000 páginas escritas sobre historias fantásticas y cientos de ilustraciones que hoy se exponen en algunos de los museos más importantes del mundo como un ejemplo del llamado «arte marginal».

Un caso que la cautivó y que, en su versión, tendrá como protagonista a una mujer que verá como su amante la traiciona y se atribuye sus obras.

«Será una epopeya en dos tomos, la crónica de una vida», adelanta Dautremer, que recomienda a los jóvenes ilustradores que no se rindan.

La clave, dice, está en «trabajar, trabajar y trabajar. Trabajar todo el día, sin pensar demasiado, sin cuestionarse tanto. Hay que producir, equivocarse y volver a empezar». Buenos Aires, 4 may (EFE). | Mar Marín

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