El Cobresal, que el domingo se proclamó campeón del torneo de Clausura en un infartante encuentro, festejó este lunes su primera estrella visitando uno de los albergues que acogen a los damnificados por los aluviones ocurridos semanas atrás en el norte de Chile, que dejaron 31 muertos y 32 desaparecidos.

Los jugadores del equipo Cobresal celebran al ganar el campeonato clausura de la liga chilena al vencer 3-2 Barnechea, el 26 de abril de 2015, en un partido celebrado en el estadio El Cobre, en El Salvador, región de Atacama (Chile). EFE

Los jugadores del equipo Cobresal celebran al ganar el campeonato clausura de la liga chilena al vencer 3-2 Barnechea, el 26 de abril de 2015, en un partido celebrado en el estadio El Cobre, en El Salvador, región de Atacama (Chile). EFE

Los jugadores del equipo de El Salvador, un pequeño poblado minero situado en pleno desierto de Atacama, fueron recibidos como héroes a su llegada a una escuela de la localidad de Diego de Almagro, a unos 1.000 kilómetros al norte de Santiago.

Los pupilos del argentino Dalcio Giovagnoli cumplieron así su promesa sellada este domingo tras el partido frente a Barnechea, de festejar su título junto a la gente que tanto ha sufrido por la tragedia ocurrida hace un mes, cuando las lluvias y los aludes arrasaron numerosos poblados de las regiones de Antofagasta y Atacama.

El equipo ‘minero’ se proclamó este domingo campeón del torneo de Clausura chileno en una penúltima jornada de infarto en la que sumó tres puntos frente al Barnechea y se aprovechó del tropiezo de la Universidad Católica, que empató con el Deportes Iquique.

El Cobresal logró el primer título liguero en sus 36 años de historia y el año que viene disputará la Copa Libertadores.

La catástrofe acaecida semanas atrás en la región de Atacama había obligado a los jugadores de Cobresal a marcharse con sus familias a Santiago y solo regresaron al lugar el pasado sábado, un día antes del partido frente al colista en el que se proclamaron campeones.

Los jugadores no estuvieron solos en la celebración de este lunes. Les acompañaba el exinternacional Iván Zamorano, quien inició su carrera precisamente en este club.

El Salvador, cuna de Cobresal, es un pueblo de apenas 7.000 habitantes, que curiosamente posee un estadio de última generación con capacidad para 22.000 personas al que habitualmente asisten 1.000 espectadores, excepto jornadas excepcionales, como la de ayer, que convocó a 4.000 hinchas.

La visita de ‘Bam Bam’ Zamorano causó un enorme revuelo y una gran expectativa que los jugadores del campeón del torneo aprovecharon para organizar un improvisado partido de fútbol sala.

En este modesto equipo del norte también jugó durante los años ochenta Franklin Lobos, uno de los 33 mineros que estuvieron atrapados a 700 metros bajo tierra durante 70 días en 2010.

«El título de Cobresal es el segundo milagro que me ha tocado vivir», confesó emocionado Lobos.

«La unión del equipo fue más fuerte que los millones de los tres grandes», comentó en alusión al Colo Colo, la Universidad de Chile y la Universidad Católica.

Para el exfutbolista y minero la victoria de Cobresal es un regalo para todos los habitantes de esa zona del norte de Chile, que tanto ha sufrido por los aluviones de hace un mes.

Santiago de Chile, 27 abr (EFE)

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Redacción Minuto30

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