Eduardo Pizarro

Eduardo Pizarro

El analista político colombiano Eduardo Pizarro, autor de «Cambiar el futuro», libro en el que analiza los diferentes procesos de paz del país, considera que estos son de «los más complejos del mundo» por los múltiples grupos guerrilleros existentes.

El autor, hermano de Carlos Pizarro, el líder guerrillero que condujo al Movimiento 19 de Abril (M-19) a la firma de la paz con el Gobierno en marzo de 1990 y fue asesinado un mes después de su desmovilización, presentó su obra en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).

En una entrevista con Efe, Pizarro, un respetado académico y profundo conocedor del conflicto colombiano, considera que la paz del país no ha sido fácil porque al existir grupos de diferente ideología como las FARC, el M-19, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL) o el Quintín Lame, cada uno «tomó la decisión de negociar por su lado».

«La paz en Colombia ha sido una negociación grupo por grupo que lleva 27 años escalonada en el tiempo, y ha sido compleja porque cada uno quiso tener sus 15 minutos de fama mediática y su propio juego político», manifestó.

En «Cambiar el futuro», editada por Penguin Random House bajo el sello Debate, Pizarro explora los procesos de paz en Colombia desde 1981 hasta 2016 con las diferentes guerrillas, analizando los factores de incidencia en cada una de estas negociaciones.

En el caso del acuerdo con las FARC, firmado en noviembre pasado, Pizarro, que también fue embajador en Holanda, considera que es «el único mensaje positivo en el mundo» actual.

«Este acuerdo tiene un gran impacto internacional, pues en los últimos años ha habido una multiplicidad de conflictos en el norte de África, Oriente Medio y Europa, y Colombia se convirtió en el único mensaje positivo dentro de un mundo convulsionado», aseguró.

El académico, que fue uno de los relatores de la Comisión Histórica del Conflicto Armado y sus Víctimas en Colombia, que analizó las causas y orígenes de la violencia en el país, presentada en los diálogos de paz con las FARC en La Habana, destacó que ese acuerdo tiene «un significado histórico», pues marca el fin de las guerrillas que surgieron luego de la Revolución Cubana.

En su opinión, el contexto político regional fue un elemento que favoreció la negociación con las FARC, iniciada en noviembre de 2012, porque ya se había roto el mito de que la izquierda no podía acceder al poder a través de la vía democrática, y para ese entonces «12 de los 19 Gobiernos de América Latina eran de izquierda».

«Ya se había superado el síndrome de (Salvador) Allende de que la izquierda en Latinoamérica no podía llegar al poder a través de vías democráticas, se había roto ese mito de que solo se podía entrar a la política por las armas, y eso tuvo un impacto grande en la nueva generación de las FARC», subrayó.

Sobre la negociación con el ELN, que se lleva a cabo en Quito, aseguró que ve la situación «muy difícil» debido a la configuración federalista de esa guerrilla, factor que complica la toma de decisiones entre sus líderes.

«El ELN es una federación de jefes regionales, por lo que hay dificultad de llegar a un consenso debido a que todavía hay sectores que conservan un discurso radical que se contrapone a los que sí están dispuestos a negociar», apostilló.

Pizarro también destacó que un 70 % del ELN está ubicado en la frontera con Venezuela y en esa guerrilla hay un sector radical que considera que su futuro «no está en Quito, sino en Caracas».

«Si hay una guerra civil (en Venezuela), el ELN se jugaría su futuro apoyando el sector del Gobierno de (el presidente Nicolás) Maduro, entonces hay una coyuntura internacional que está afectando la negociación en Quito», señaló.

Advirtió sin embargo de que «es un gran error» que el ELN no aproveche la voluntad que muestra el Gobierno colombiano para llegar a un acuerdo de paz, pues nada garantiza que en las elecciones de 2018 llegue al poder un presidente con la misma disposición de Juan Manuel Santos para negociar.

«De seguir así, el ELN se va a quedar solo enfrentando al tercer Ejército más grande de Latinoamérica (el colombiano) después de Brasil y México, y bajo ese riesgo puede sufrir un debilitamiento militar que lo convertiría en un grupo armado insignificante en el futuro», afirmó.

El autor se refirió a su hermano Carlos Pizarro, y destacó su frustración por la condición de «traidor» que le impusieron las otras guerrillas por negociar la paz hace ya más de un cuarto de siglo.

«Carlos firmó el primer acuerdo de paz de una guerrilla post revolución cubana en Colombia y sentó un precedente en América Latina, pero los otros grupos guerrilleros lo tacharon de traidor porque creían que firmar la paz era darle la espalda a la revolución, y eso lo frustró», aseguró.

EFE/Sebastián Montes

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Redacción Minuto30

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